viernes, 24 de abril de 2020

Miguel Hernández (1910-1942)

El objetivo de este  blog es conocer un poco más a Miguel Hernández a pesar de que en institutos y, esta vez también, en la universidad nos han enseñado gran parte de su obra. Aunque por edad pertenece a la Generación del 36, comparte características con la Generación del 27.

Suspendida la exposición `La Andalucía de Miguel Hernández´ en ... Miguel Hernández nace en Orihuela el 30 de octubre de 1910. Es uno de los hijos del matrimonio de Miguel Hernández Sánchez y Concepción Gilabert Giner. Este matrimonio tuvo en total siete hijos, pero solo sobrevivieron Miguel, Vicente, Elvira y Encarnación.

Con nueve años inicia su etapa escolar  y se incorpora a las clases en donde también estudia Ramón Sijé, que será su gran amigo años más tarde. Tiene una condición social modesta y cursa sus estudios primarios en el Colegio de Santo Domingo de Orihuela, sin embargo, dichos estudios son interrumpidos para trabajar como cabrero. Destaca su gran interés por la literatura y profundiza en el estudio de los clásicos. Se siente atraído también por el teatro y con sus amigos forma un grupo teatral en donde representa distintos papeles en las actuaciones realizadas en el Círculo Católico o la Casa del Pueblo.

PERITO EN LUNAS * POEMAS DE ADOLESCENCIA * OTROS POEMAS de ...Comenzó a escribir poesía en torno al año 1925. En su primera etapa se siente influido por el costumbrismo regionalista. Este costumbrismo se funde con su identificación vital con la naturaleza, por eso, su fuente de inspiración es el entorno en el que vive: la huerta, las cabras, las montañas… Se debe destacar que es una naturaleza muy realista aunque se ve también la influencia mística de San Juan de la Cruz. Sus primeros poemas tratan una poesía mimética en donde Hernández busca su propia identidad. En esta etapa de búsqueda de identidad también influyeron autores como: Bécquer, Espronceda o Zorrilla y Juan Ramón Jiménez.  En 1933 edita su primera obra bajo el título de Perito en Lunas con influencia de Góngora. Esta obra constituye su contribución a la poesía pura y su conexión con el purismo.

También se inicia en el teatro con la publicación de Quién te ha visto y quién te ve y sombra de lo que eras en la revista madrileña Cruz y Raya. Escribe la obra teatral El torero más valiente inspirada en la muerte del torero Ignacio Sánchez Mejías. En 1935 escribe Los hijos de la piedra y dos años más tarde, El labrador de más aire.

En su segunda etapa se encuentra su obra El rayo que no cesa en donde puede verse su vitalismo trágico, hay incursión en el surrealismo y su dualidad de tradición y vanguardia se comprende hasta que en 1936 decide prescindir de la influencia vanguardista. Aquí se encuentra su elegía más famosa: Elegía a Ramón Sijé. Esta segunda etapa se caracteriza por su poesía impura y la influencia de otros autores como Vicente Aleixandre.

En la etapa de la Guerra Civil, en 1937 aparece Viento de pueblo en donde puede verse una poesía que canta la virtud del amor a la patria con un tono épico. Durante esta etapa de guerra publica además, obras cortas de teatro que se recogen bajo el título de Teatro en la guerra. Las obras que contiene esta publicación son: La cola, El hombrecito, El refugiado y Los sentados. Ya en la cárcel, escribe poemas desde una lírica popular, con sentimiento de ausencia de libertad y que se publicaron póstumamente con el título de Cancionero y romancero de ausencias.

Miguel Hernández fallece en la enfermería de la prisión de Alicante el 28 de marzo de 1942, con 31 años de edad. 


Bibliografía: 
Espasa- calpe editoriales S.A. (1991): “Miguel Hernández”, BIOGRAFÍAS ESPASA, Madrid, Editorial Espasa-Calpe, S.A.: p. 141.
Esteve ramírez, Francisco (sin año): “Miguel Hernández Gilabert”, Real Academia de la Historia. (http://dbe.rah.es/biografias/11709/miguel-hernandez-gilabert[Consultado el 24/04/2020].

ANTOÑITA LA FANTÁSTICA, creación de BORITA CASAS



ANTOÑITA LA FANTÁSTICA 

En esta entrada del blog haremos una ampliación sobre los modelos literarios que más se utilizaron en la literatura juvenil de posguerra, en especial, la femenina.

En aquella España de posguerra, los cuentos y los relatos de infancia eran una forma de educación, siempre bajo los esquemas morales del régimen. En los 40 los relatos se alejaron del humorismo y de su naturaleza lúdica; pasaron a ser, por tanto, relatos meramente didácticos vinculados a las necesidades morales católicas y a la difusión propagandística del régimen. “En los cuentos, cualquier atisbo de libertad creativa desvirtuaba la dirección educativa y condicionaba el ejercicio de la censura” (Huguet, 2013:18). Nos encontramos con relatos tradicionales, temas históricos y religiosos como las vidas de santas.
Página 4 del libro “Cartilla Moderna de Urbanidad”
Los cuentos tradicionales de los hermanos Grimm o Andersen sufrieron una gran censura por ser considerados demasiados violentos, “hasta Hansel y Gretel fue objetado por “poco recreativo por su desagradable asunto”, o la Caperucita Roja de Perrautl por contener “detalles desagradables y un desagrable final” (Sotomayor, 2016:64). La censura y el exilio de la mayor parte de los autores provocó este descenso de la producción cuentística aunque destacan autores como Antoniorrobles (pseudónimo de Antonio Joaquín Robles) con cuentos como Rompetacones, Azulita o Cuentos de las cosas de navidad; o Salvador Bartolozzi encargado de reescribir en distintas versiones la obra de Pinocho (Dumitrut, 2016:32).
Durante el Franquismo se evitó la palabra "roja" por su connotación política
Ana María Mox critica, en su artículo, la figura femenina en los cuentos de hadas, y hasta los nombres sexistas de los cuentos de Antoniorrobles, mencionados anteriormente. Absurdo también la separación por sexos que hace Matilde Ras en su colección publicada en 1942 Mi libro azul de cuentos (la versión de cuentos de Andersen, Grimm, Perrault… para niños) y Mi libro rosa de cuentos (versión de los mismos para niñas) (Moix, 1976:7)




El ideal femenino de la época se propagó en las escuelas gracias a lecturas para niñas como “Guirnaldas de la Historia”. Para estos modelos exclusivamente femeninos se tomaron por referencia la vida y obra de mujeres españolas como la reina Isabel de Castilla, Agustina de Aragón,… (Hernando, s.f:27).

“La educación de la niña se inspiraba en obras clásicas de nuestra literatura como “La perfecta casada” de Fray Luis de León y se dirigía a prepararla en sus obligaciones futuras como mujer de su casa, ser previsoras y ordenadas, que améis la limpieza y el trabajo y el buen gobierno de la casa, pues lo contrario causa siempre ruina en su casa y la miseria y desgracia de su familia” (Hernando, s.f:10).
En los años cuarenta resurgió el tebeo para las niñas que “reforzaba su actitud sentimental ante los problemas cotidianos de la vida” (Huguet 2013:24) como la revista Mis chicas (1941) donde está presente la doctrina del Espíritu Nacional de la Falange y donde, por ejemplo, las niñas aprendían a confeccionar modelitos para la muñeca Mariló (Moix, 1976: 9).


Uno de los subgéneros más cultivado fue las novelas de colegios femeninos que seguían la estructura de “Bildungsroman a la que suele ajustarse, a aspectos clave de la formación del personaje niña o adolescente, protagonista de las historias […] Se trata de un conjunto literario caracterizado por ajustarse al esquema de comunicación literaria “en femenino”: novelas hechas por escritoras cuya temática versa sobre lo femenino y que van dirigidas asimismo a receptoras jovencitas con edades comprendidas entre los nueve y los dieciséis años” (Ezpeleta, 2018:64)

Acabaremos con las palabras de Ana María Mox “las niñas las educaban para fregonas en espera del príncipe azul, a ellos, los niños, los preparaban para príncipes un tanto raros; ellas esperarían inútilmente, puras y resignadas porque estos principitos huían con pavor del matrimonio”. (Moix, 1976:11)

Bibliografía

DUMITRUT, Georgiana M.ª (2015/2016). “Estudio de la literatura infantil: comparación entre la cuentística española y rumana”. Trabajo de Fin de Grado. Universidad de La Rioja. Recuperado de:
EZPELETA AGUILAR, Fermín (2018). “La descendencia de Celia en el Colegio: novelas de internados femeninos en la literatura infantil y juvenil de posguerra”. En AILIJ (Anuario de Investigación en Literatura Infantil y Juvenil) 16, p. 63-76. Recuperado de:
HERNANDO BAYÓN, Ana (s.f.).” La niña bien educada (una aproximación a la educación de las niñas en los manuales, 1900-1975)”. En Cuadernos del Museo Pedagógico y de la Infancia de Castilla-La Mancha. Recuperado de:
HUGUET, Montserrat. (2013). “Memoria del primer franquismo. Mujeres, niños y cuentos de infancia”. Sobre Donne e bambini. Italia. Recuperado de:
MOIX, Ana M.ª (1976). “Érase una vez… la literatura infantil a partir de los años 40”. En Vindicación femenina, 5. Madrid, 1 de noviembre, pp.28-39. Recuperado de:
SOTOMAYOR, MªVictoria; CERRILLO TORREMOCHA, Pedro César; SÁNCHEZ ORTIZ, César; CAÑAMARES TORRIJOS, Cristina (2016). “La censura de libros para niños: 1939-1976”. En Censuras y literatura infantil y juvenil en el siglo XX (en España y 7 países latinoamericanos). Págs. 53-122. Recuperado de:


ANTOÑITA LA FANTÁSTICA, creación de BORITA CASAS



ANTOÑITA LA FANTÁSTICA 

En esta entrada del blog hablaremos sobre el quinto libro de la colección: Antoñita La Fantástica en el país de la fantasía. Este es un libro bastante diferente al anterior ya que se adentra en el mundo de los cuentos, como ella misma nos dice: “este tomo es algo distinto a los demás. Pero os gustará por eso mismo. Dejad que os explique. Se trata de un viaje. Un viaje fuera de serie, sorprendente y maravilloso al País de la Fantasía. Ni más ni menos” (p.8).                                                                                               
                                                                                                               Ilustraciones de Marina Seoane 
En este viaje Antoñita recorre el mundo fantástico de los cuentos clásicos, donde el tiempo también ha pasado, por lo que va a conocer la situación actual de los distintos personajes de ficción mientras comenta y opina sobre ellos. Esto nos va a permitir conocer más de cerca cuales eran los libros que leían las niñas de aquella época. 
Antoñita se introduce en este universo con la ayuda de su acompañante de viaje, el gato con botas, quien le cuenta a nuestra protagonista que Blancanieves está casada, es reina y tiene dos hijas preciosas. Caperucita arregló la casa de su abuela “donde el malvado lobo se hizo tristemente famoso con sus dientazos y su gorro de dormir” (p.35). Caperucita se ha casado con Pulgarcito quien le comenta: “figúrate...antes era una chiquilla, casi como tú. Y mi marido, Pulgarcito, un chavalín que no medía un palmo. Pero mírale, ya está aquí...” (p.37). Cuando se acercan al castillo de Blancanieves el gato opina “no quiero criticar a Blancanieves […] pero todo el mundo murmulla que es demasiado aficionada al lujo y a la buena vida” (p.41) cuando Antoñita la defiende diciendo que se ha casado con un hombre rico, el gato sigue “pero ella, a mi juicio, abusa un poco de esa suerte, con tanto manirrotismo de vestidos, joyas y demás vanidades. También las minas llegan a agotarse … y hasta la paciencia de quien más nos quiere” (p.41). Se va introduciendo en los diálogos cierto didactismo, en este caso, la crítica a la avaricia. La mujer debe ser modesta, sencilla y no aprovecharse del bien ajeno.


Interesante son nuestras dos próximas protagonistas: Graciella y Lisbel. Ambas han tenido un problema que ha provocado la separación entre sus amantes, ambas cuentan la historia in media res a Antoñita quien intenta ayudar a reparar sus errores y encontrar a sus prometidos. Ambos se reencuentran siguiendo el modelo bizantino.
La primera es una muchacha de aspecto muy triste llamada Graciella. Hija de unos reyes, siendo un bebé recibió un don de cada hada; la belleza, la inteligencia, la gracia y la salud pero la hechicera rencorosa le quitó la risa. Aunque vivía rodeada de lujos era terriblemente infeliz. La princesa escapó del palacio al saber que el pretendiente más caballeroso del reino quería su mano. Antoñita la ayuda a ir junto la hechicera rencorosa quien le devuelve la risa a Graciella, pues siente compasión por la muchacha. Graciella logra reunirse con su prometido Clodoaldo, quien escucha toda la historia. 


La segunda es una pastora llamada Lisbel. Ella le cuenta que toda su vida ha sido muy guapa y presumida. En su pueblo era la más hermosa pero también la más engreída. Solo un mozo llamado Leonardo logró conquistar su corazón aunque ella lo trataba muy mal. Un día sabiendo que el rey buscaba una niñera para su maleducada hija, Lisbel se presenta con su mejor cabritilla y se la regala a la niña. Esta acepta a Lisbel como niñera por ser muy guapa pero rápidamente se cansa de ella. Lisbel es trasladada a ayudante de cocina, dándose cuenta del error que había cometido y llevada por la vergüenza decide huir de su pueblo. Antoñita ayuda a Lisbel a buscar a su amante en la ciudad donde los dos pastores enamorados se reencuentran. Al final, cuando se despiden, Antoñita le da unos últimos consejos: “le leí bien claro la cartilla y ella prometió ser para Leonardo la esposa más sencilla y comprensiva de toda la comarca” (p.182)

A través de estos fragmentos podemos ver una doble enseñanza, siguiendo el modelo de la época. Primero que:
“los relatos románticos, los que instaban al fantaseo de las adolescentes, terminaban todos ellos en la única situación real admisible: el matrimonio, de manera que el margen para el desarrollo de tramas en estos cuentos de transición a la edad adulta era muy limitado” (Huguet 2013:26).

La segunda lección es, siguiendo las palabras de Montserrat Huguet, que:
“las novelitas rosa proponían mujeres casi niñas que se esforzaban en pulir sus cualidades femeninas. Las visibles: pulcritud y decoro, y las más íntimas: humildad, afición al trabajo y disposición para la obediencia, a fin de convertirse -por sus cualidades y actitudes en el objeto de enamoramiento apasionado de un hombre harto de oropeles vacuos y tentaciones mundanas, en forma de mujeres hermosas, pero casquivanas y de espíritu taimado” (Huguet 2013:27).

Una de las partes más interesante es cuando Antoñita pasa por delante del castillo de Barba azul “el cuento de más suspense, para prepararse una buena pesadilla nocturna. El truculento relato que todas las chicas del mundo hemos releído indignadas, prometiendo enérgica oposición a matrimonios con déspotas ricachos que nos caen gordos” (p.110). El cuento trata sobre una mujer que descubre que su marido oculta en una habitación prohibida los cadáveres de sus anteriores esposas. La mujer de Barba Azul explica que “el siniestro cuentecín de mi maligno esposo ha dado la vuelta al mundo y, lógicamente, yo a su lado con el llavero diabólico, simbolizando encima la curiosidad femenina”(p.112). Ella cuenta que ha castigado a su marido y ahora se dedica a reelaborar los cuentos injustos: “¡basta ya de esposos tiranos y de mujercitas degolladas!” (p.113)
Con estas palabras hace, Borita Casas, un total juicio sobre estos tipos de libros, donde la mujer es ejemplificada como la causante del mal siguiendo el tópico de la femme fatale. Este libro muy pronto fue censurado porque “resulta fuerte y cruel para los niños y las disquisiciones sobre la curiosidad femenina poco comprensibles” (Lut 2016:340). Esta es la razón por la que este cuento, como muchos otros, ya no formen parte de nuestra infancia.

Otra de las críticas que hace Borita Casas es la falta de renovación de los relatos clásicos. La falta de nuevos modelos literarios fue debido a la estricta conducta moral que se impuso, tanto en los libros como en las revistas, que provocó este estancamiento en la producción cuentística infantil. Cabe destacar que en los años cincuenta y setenta “hubo cientos de colecciones de cuadernos de historietas cuyas protagonistas eran niñas y otros personajes de dudoso realismo y talante francamente empalagoso: hadas madrinas, pastoras guapas y desvalidas, príncipes azules, animales encantados que hablaban, y por supuesto brujas feas y malas” (p.24). 
Por tanto, Antoñita opina:
“a mi modesto juicio, este tipo de relatos fantásticos atravesaba una etapa inmovilista demasiado larga; no marcaba el paso con el ritmo veloz del mundo real. Desde nuestras tatarabuelas para acá, ¿quién había renovado, y mucho menos superado, la temática de los cuentos tradicionales? Nadie” (p.112).

Confiesa, entonces, que ella ha escrito un par de narraciones “con fantasía y humor al mismo tiempo… una se llama El lago de las lágrimas tontas. La otra es La gruta de los deseos perdidos. Antes de despedirse del reino de la fantasía, Antoñita vuelve a incidir en la misma idea:
“repito que en mi país todas las niñas han leído montañas de veces La Cenicienta y Blancanieves. Cientos, miles de ediciones se han hecho de ambos cuentos. ¡Y ya está bien, señores míos! Hoy, la mayoría de las “peques” somos listas, rebeldes y sentimentales, todo a un tiempo, y pedimos cierta renovación cuentística. Y luz verde, que decimos allá, para nuevas figuras acreedoras a la misma fama, ¿por qué no?, de sus antecesoras. Esto es justo, amigos fantásticos” (pp.177-178).

Estoy en total acuerdo con estas palabras de Borita Casas tan cercanas a nuestro propio tiempo ya que, aunque hayan pasado cincuenta años, todas hemos leídos estos cuentos en nuestra infancia. Con estas últimas palabras quiero hacer reflexionar sobre los nuevos modelos literarios que los niños y niñas de hoy en día encuentran en las páginas de sus libros y como esto se refleja en la entrada de una nueva mentalidad.

Bibliografía
CASAS, Borita (1983). Antoñita la Fantástica en el país de la fantasía. (3º edición). Madrid: Editorial Andina.
HUGUET, Montserrat. (2013). “Memoria del primer franquismo. Mujeres, niños y cuentos de infancia”. Sobre Donne e bambini. Italia. Recuperado de:
LUT MARTENS, Hanna Veerle. (2016). Tradición y censura en las traducciones de literatura infantil y juvenil en la cultura franquista: los cuentos de Perrault en español hasta 1975 (tesis doctoral). Universidad de Extremadura. Recuperado de:



CONCLUSIONES



Nos encontramos ya ante la última entrada sobre Antonio Buero Vallejo, la cual está dedicada a exponer mis conclusiones acerca de este dramaturgo. Hay diversas razones por las que decidí adentrarme en su estudio. Es un autor al que tuve la oportunidad de conocer por primera vez en el instituto. En esa época de mi vida, a pesar de que todavía era demasiado joven y no tenía claro que la literatura me fuese a suscitar tanto interés como me genera en la actualidad, ya me llamó la atención. Asimismo, al comienzo de este curso, después de leer una serie de capítulos sobre él en el manual de Lina Rodríguez Cacho y ver que Buero Vallejo tenía cabida en esta asignatura, desde el comienzo no dudé en trabajar sobre él, pues siempre había querido conocerle más en profundidad. 

Tras haber leído una gran cantidad de información sobre este autor, me vi obligado a realizar una selección con el fin de mostraros una parte de su magnífica contribución a la historia de la literatura de nuestro país, especialmente al género teatral, pues es en este ámbito donde más ha destacado, tal y como habéis podido comprobar. Esta es otra de las razones por las que elegí a Buero, ya que a mí el teatro es el género literario que más me gusta.

Antonio Buero Vallejo: Hacer dramaturgia con la historia | Madrid ...

   Asimismo, considero que es el momento de recapitular de forma breve qué es lo que he realizado en este blog. De este modo, en mi primera entrada contextualicé al autor, mostrando una serie de rasgos relevantes sobre su biografía y reflejando la situación existente en España en el momento en el que Buero Vallejo decidió dedicarse a la literatura. En la segunda y en la cuarta entrada he analizado dos de sus obras, concretamente Hoy es fiesta (1955) y El sueño de la razón (1970). La elección no fue sencilla, pues ha escrito numerosas piezas teatrales de gran maestría y brillantez. Finalmente, me decanté por escoger esos dos grandes hitos de su dramaturgia. Concretamente, en el caso de El sueño de la razón, decidí dedicar un espacio de mi blog al análisis de esta obra para tener la oportunidad de explicar su conocido “efecto de inmersión”. No concebía hacer un blog sobre Buero Vallejo sin tratar este mecanismo teatral creado por él mismo. Por último, en la tercera de las entradas he expuesto la famosa polémica posibilismo-imposibilismo entre nuestro dramaturgo y Alfonso Sastre. Fue una polémica teatral de gran repercusión en aquella época y no podía dejar de mencionarla.

En definitiva, se trata de un autor que siempre quedará para la posteridad dada su enorme trascendencia. Fue el número uno en el teatro español durante más de treinta años. La suma de todos los ingredientes que he expuesto en mi blog convierte a Buero en un dramaturgo excepcional y en uno de los autores fundamentales que ha tenido nuestro país.

Por último, os dejo dos entrevistas muy interesantes a Antonio Buero Vallejo. Si tenéis interés en este autor os recomiendo su visualización para que le conozcáis más.


Espero haber despertado vuestra curiosidad sobre este fantástico dramaturgo y que hayáis disfrutado tanto como yo lo he hecho con la realización de este blog. Os animo encarecidamente a que en un futuro cercano os aproximéis al estudio de Buero Vallejo.


"EL SUEÑO DE LA RAZÓN"


Francisco de Goya. BiografíaEn concordancia con las palabras de Buero Vallejo (XXII: 1994), esta obra desarrolló con amplitud una de las mayores aportaciones buerianas al teatro, que representa el hallazgo de la más intensa participación posible del público en los conflictos de los personajes. El sordo y viejo pintor Goya, semialucinado por el miedo al final de su vida en España, nos transmite un rico universo interior. Asimismo, con esta obra, “aprovechando la sordera de Goya, propone un audaz punto de vista situando la acción desde el protagonista, mediante sorprendentes efectos técnicos (escenas donde solo se oye su voz y los ruidos que la sordera produce en su cerebro, el resto de personajes actúa, pero no se les oye) complementándolos por la insistencia de formas pictóricas (proyecciones de sus frescos y lienzos que martillean sus retinas, y las de los espectadores) […][2]” (Oliva, 1989: 252-253).

En esta antepenúltima entrada, voy a analizar El sueño de la razón (1970) de Antonio Buero Vallejo. A modo de introducción, es importante señalar que, tal y como afirma De Paco (1984: 359), se trata de una “fantasía en dos partes escrita en 1969 y estrenada en el Teatro Reina Victoria de Madrid el 6 de febrero de 1970”[1]. El sueño de la razón es la obra de Buero Vallejo sobre el pintor español Francisco de Goya.

BUERO VALLEJO Y GOYA: EL SUEÑO DE LA RAZÓN | Biblioteca Lázaro ...Por orden de aparición en el drama[3] los más importantes son don Francisco Tadeo Calomarde, el rey Fernando VII, don Francisco de Goya, doña Leocadia Zorrilla de Weiss, don Eugenio Arrieta, doña Gumersinda Goicoechea y don José Duaso y Latre. Tal y como afirma Rodríguez Cacho (2009: 482), esta obra “resucitó la España de 1823 para enmarcar un espléndido drama basado en las pinturas negras de Goya, haciendo notar su gran formación en la historia del arte y su sensibilidad como pintor”[4]. En cuanto al espacio y al tiempo, se ambienta en Madrid en diciembre de 1823. En relación con el título, me gustaría mencionar que “«El sueño de la razón produce monstruos» fue sentencia formulada por el propio Goya y es la mejor prueba de que su razón no se dejó devorar por la pesadilla […]” (1994: 533-534)[5]. 

A continuación, voy a exponer brevemente el argumento. La obra comienza con un diálogo entre el rey absolutista Fernando VII[6] y el caballero Calomarde. Este le da una carta interceptada, escrita por Goya, en la que injuriaba al rey. Desde que llegó a Madrid, Goya no le ha rendido pleitesía. El pintor reside en su quinta junto a Leocadia. Esta mujer dialoga con el médico Arrieta. Leocadia está muy preocupada, porque piensa que Goya está trastornado, pues escucha voces y entabla incongruentes conversaciones con ellas[7]. Quiere que este huya a Francia, como han hecho muchos de sus amigos, porque en su hogar corre peligro de muerte. Leocadia expone la situación en la que se encuentran, ya que comunica a Arrieta lo siguiente sobre Goya: “[…] La verdad es que todos saben que él pertenece al bando vencido y que el rey lo odia […]. Todos huyen de la tormenta que estallará un día sobre la casa” (p. 1275).

El Luzzy volvió a época de Goya con "El sueño de la razón ...

Goya se muestra firme en su decisión de permanecer en España y de celebrar las navidades en su casa como siempre. Además, no esconde su enemistad con Fernando VII como se puede observar en las siguientes palabras: “[…] El rey es un monstruo, y sus consejeros unos chacales a quienes azuza, no solo para que maten, sino para que roben. ¡Amparados, eso sí, por la ley y por las bendiciones de nuestros prelados! […]” (p. 1292)[8].

Otro personaje relevante es el sacerdote Duaso, capellán del rey Fernando VII y encargado de la censura de publicaciones. Unos individuos pintan en la puerta de la casa de Goya una cruz y le escriben la palabra hereje. Además, tratan de agredirle lanzándole piedras[9]. Goya no está dispuesto a volver por Palacio. El pintor piensa que Fernando VII le quería matar, pero realmente no son esas sus intenciones, pues se lo dijo en broma. Sin embargo, el rey quiere que se disculpe ante él, porque, como este afirma: “ha sido un constitucional, un impío, un adversario de mis derechos absolutos, y debe rogar mi perdón sin que yo dé el primer paso” (p. 1307).

El sordo pintor poco a poco va mostrando su interior. Es consciente de que no es la misma persona que antes[10]. Goya es golpeado fuertemente en su propia casa por los Voluntarios Realistas. Después de la paliza que recibe, cambia de opinión y ya decide irse de su hogar y entregarse al rey. Finalmente, Goya y Leocadia separarán sus caminos, ya que el pintor se irá a casa de Duaso y Leocadia a la de Tiburcio Pérez con sus hijos. La obra termina mostrando sobre el escenario “la agigantada pintura del Aquelarre” (p. 1336), pintura sobre la que los personajes hacen numerosos comentarios a lo largo de toda la obra.


Me gustaría comentar que en esta pieza teatral hay una gran cantidad de acotaciones, donde se proporciona numerosa información. En alguna ocasión, incluso más que en los propios diálogos de los personajes, ya que al ser Goya sordo se comunican con él mediante gestos y signos. Desde mi punto de vista, el ritmo al leerla es poco ágil. Recomiendo su lectura, ya que es una obra maestra, pero, sobre todo, su visualización para poder comprender mejor el drama y disfrutarlo más todavía.

En relación con el párrafo precedente, como afirma Buero Vallejo (XXII: 1994), es importante tener en cuenta que “[…] cuando él (Goya) pisa las tablas nos volvemos igual de sordos que él mismo, y quienes le rodean gesticulan y semejan títeres de un guiñol mudo, pues no los oímos, porque estamos obligados a ser Goya. La propia estructura del drama nos exige así convivir con él su inquietud, su fantasía de pintor casi enloquecido, su terror ante las fantasías que brotan de su subconsciente”. En estrecha conexión con la idea anterior, se debe mencionar el mecanismo teatral creado por Buero Vallejo, presente en esta obra. De acuerdo con De Paco (2001: 52), nos referimos al denominado por Ricardo Doménech como “efecto de inmersión”, por medio del cual el espectador se ve obligado a introducirse en la perspectiva de algún personaje[11]. Este efecto sirve para lograr la participación del espectador que debe equilibrarse armónicamente con el distanciamiento[12].

En definitiva, “es la última de entre medio docena de obras teatrales de Antonio Buero Vallejo de índole histórico-legendaria y la segunda cuyo protagonista es un gran pintor español […]” (De Paco, 2003: 155). Se trata de una obra cumbre de Buero en la que se intensifica todo su teatro. Destaca tanto la forma como lo que plantea. Es una obra muy poliédrica. Ofrece muchas posibilidades a un director escénico.  

BIBLIOGRAFÍA

BUERO VALLEJO, ANTONIO (1994): Poesía, narrativa, ensayos y artículos, ed. Luis Iglesias Feijoo y Mariano de Paco, Espasa Calpe, Madrid, págs. 450-452 y 533-534.

BUERO VALLEJO, ANTONIO (1994): Teatro, ed. Luis Iglesias Feijoo y Mariano de Paco, Espasa Calpe, Madrid.

DE PACO, MARIANO (1984): Estudios sobre Buero Vallejo, Los trabajos de la Cátedra de Teatro, Universidad de Murcia.

DE PACO, MARIANO (2001): “Antonio Buero Vallejo en el teatro del siglo XX”, en Monteagudo, nº 6, Universidad de Murcia, pp. 49-52.

DE PACO, MARIANO (2003): Estudios sobre Buero Vallejo, Biblioteca Virtual Universal.


OLIVA, CÉSAR (1989): Historia de la literatura española actual. El teatro desde 1936, Alhambra, Madrid.

OLIVA, CÉSAR (2002): Teatro español del siglo XX, Síntesis, Madrid.

RODRÍGUEZ CACHO, LINA (2009): Manual de Historia de la Literatura española, Castalia, Madrid.

URRUTIA, MARÍA EUGENIA (2011): “El sueño de la razón”, en AGORA-Trujillo, nº 27, pp. 145-157.



[1] La obra fue dirigida por José Ozuna. El sueño de la razón obtuvo diversos premios como El Espectador y la Crítica y Leopoldo Cano.
[2] Se presentan sobre el escenario una gran cantidad de pinturas de Goya. Por ejemplo, El Santo Oficio, Dos frailes, La romería de San Isidro, Saturno, Las fisgonas, La lectura, Las Parcas o La Leocadia. 
[3] Es importante insistir en esta idea, tal y como expone el propio Buero Vallejo (1994: 451): “[…] esta obra […] es un drama, no un  estudio histórico. Algo de lo que le ocurre a Goya no consta en la historia y proviene de la invención […] a que todo autor de teatro tiene derecho […]”.
[4] No olvidemos que Buero Vallejo estuvo muy vinculado a la pintura.
[5] Esta oración es mencionada por el doctor Arrieta en la propia obra: BUERO VALLEJO, ANTONIO (1994), Teatro, ed. Luis Iglesias Feijoo y Mariano de Paco, Espasa Calpe, Madrid, p. 1324.
[6] Es importante señalar que “[…] el autor intenta retomar la memoria histórica de España, centrándose en el reinado de Fernando VII, período llamado «la década ominosa» [...]” (Urrutia, 2011: 145).
[7] Leocadia le expone a Arrieta la situación en la que se encuentra Goya, puesto que afirma: “[…] Conmigo apenas habla, pero habla con alguien… que no existe. O ríe sin motivo, o se desata en improperios contra seres invisibles” (p. 1273). Siempre que refleje únicamente la página entre paréntesis es porque se trata de una cita literaria procedente de la siguiente obra: BUERO VALLEJO, ANTONIO (1994): Teatro, ed. Luis Iglesias Feijoo y Mariano de Paco, Espasa Calpe, Madrid, pp. 1263-1336.
[8] En este sentido, como afirma Rodríguez Cacho (2009: 482), la obra “[…] tiene la capacidad de erigirse […] en emblema de la libertad del artista frente a las imposiciones de la dictadura, representada en su antagonista, Fernando VII […]”.
[9] Estos amenazan e insultan a Goya: “¡Hereje! … ¡Masón!... ¡Te colgaremos a ti y a esa zorra! ¡Negro! … ¡Te enseñaremos lo que es España, renegado, gabacho, comecuras!... […]” (p. 1304).
[10] Un buen ejemplo de ello son las siguientes palabras que le dirige a Arrieta: “[…] Yo amaba la vida. Las merendolas en la pradera, los juegos, las canciones, las músicas… Llegó la sordera y comprendí que la vida es muerte… […]” (p. 1316).
[11] Se puede encontrar también una explicación del “efecto de inmersión” en: OLIVA, CÉSAR (2002): Teatro español del siglo XX, Síntesis, Madrid, p. 186.
[12] En La ardiente oscuridad (1950) y en La fundación (1974) también se emplea este “efecto de inmersión”.

Manuel Vázquez Montalbán y 'Por Favor'

En esta tercera entrada os quiero presentar la revista Por Favor, revista que mencioné en la entrada que introduce la biografía y la producción de Vázquez Montalbán. Como ya sabéis, en su faceta periodística, quizás por la que más se le conoce, V. M. participó en las revistas Triunfo y Por Favor, en el diario Tele/eXpres, y en periódicos como Solidaridad Nacional, El País e Interviú.



       
La revista Por Favor fue una revista semanal catalana que se editó entre 1974 y 1978. La publicación del primer número tuvo lugar dos días más tarde de la trágica ejecución de Salvador Puig Antich, el último ejecutado por el régimen fascista. Esta primera tirada fue de 100.000 ejemplares, los cuales tardaron muy poco en agotarse. El formato era de 23,5x30 cm y solía tener un total de 36 páginas. En un principio su costo era de 25 pesetas, pero el precio aumentó a 30 pesetas a partir del nº18 y finalmente a 35 en el nº45. Era considerablemente barato si tenemos en cuenta su calidad textual y la incorporación de imágenes a color.




El nacimiento de la revista respondía a la necesidad del pueblo de evadirse de la convulsa situación política que se estaba viviendo en el último año del franquismo, y qué mejor manera de hacerlo que mediante el humor. El director de la revista era Eduardo Arce, pero la iniciativa de su creación la tuvo José Ilario, quien también editaba la revista Barrabás y más tarde sería precursor de El Jueves. Ilario les hizo la irresistible propuesta a Jaume Perich, Manuel Vázquez Montalbán y Forges de orientar la revista como ellos deseasen, y estos, ya desde un principio, estuvieron de acuerdo en que el semanario debía ser ‘devastador para el Régimen, ideológicamente comprometido, de humor controlado, corrosivo pero hábil y con la calidad suficiente para burlar a la censura.’ (Amiguet: 2019). La plantilla de la revista se amplió con intelectuales como Juan Marsé, Maruja Torres, Fernando Savater y Amando de Miguel en la redacción de los textos, y Vallés, Romeu, Máximo (también escritor), Martínmorales, Quino, Reiser y Fontanarrosa como dibujantes.


Juan Marsé, Jaume Perich y Manuel Vázquez Montalbán en la redacción de la revista Por Favor en febrero de 1974.


En cuanto al contenido, la revista tuvo un incisivo carácter político. A diferencia de las revistas de humor contemporáneas a esta, cuyas publicaciones estaban autocensuradas y trataban temas intemporales, Por Favor publicaba conforme a los acontecimientos del momento y planteaba textos profundamente críticos y de gran calidad literaria. En la revista también había secciones enfocadas en la crítica de música, de cine, de literatura, etc.






















En la edición de la revista, V. M. se encargaba de los textos y Perich de los dibujos. Para evitar posibles represalias del gobierno, ambos se resguardaban en pseudónimos como Manolo Bill, que más adelante cambiaría a Manolo V el Empecinado, y Perich Bull, que posteriormente acabaría firmando con su propia identidad.
Sus temores eran justificados, pues poco tardó la revista en ser sancionada por la Ley de Prensa, recibiendo así, tan solo con cuatro meses de trayectoria, la máxima pena posible: cuatro meses de suspensión y una multa de 250.000 pesetas. Durante sus cuatro años de publicación, la revista sería suspendida, secuestrada y sancionada reiteradas veces. En estos casos, se continuaba la publicación semanal en otra revista llamada Muchas Gracias. Finalmente, y tras un cambio de edición de la mano de Garbo Ediciones debido a los problemas económicos generados por las multas, la revista dejó de publicarse en 1978.


Bibliografía

Amiguet, Teresa. (4 de marzo de 2019). ‘Por Favor’: sobrevivir al franquismo con humor. La Vanguardia. Recuperado de https://www.lavanguardia.com/hemeroteca/20140304/54401755578/por-favor-revistas-humoristicas-semanarios-franquismo-40-anos-espana-transicion-politica.html

Blánquez, Javier. (7 de febrero de 2018). El humor más ‘punk’ de los años de la Transición. El Mundo. Recuperado de https://www.elmundo.es/cataluna/2018/02/07/5a7b463b268e3eff4b8b4620.html

Manuel Vázquez Montalbán. (2020, 31 de marzo). Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 21 de abril de 2020. Desde: https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Manuel_V%C3%A1zquez_Montalb%C3%A1n&oldid=124728813.

Por Favor (revista). (2020, 16 de enero). Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 21 de abril de 2020. Desde: https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Por_Favor_(revista)&oldid=122805975.

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