‘Cuasimodo’
Trabajador de sueños, sin embargo
escogió la realidad de un mercante griego
clavado en el océano como un islote
viejo de imposible primavera
y en el invierno
se bañó en las playas de Tasmania
hizo el amor en burdeles de Macao
–Kit la blanca le regaló un collar
de cebollas azules que no hacían llorar.
En el verano sintió la nostalgia
de las largas playas al lado
de las vías
de
trenes abúlicos, traviesas nudosas
y
duras piedras rojas de corazón quemado
compró un garaje inmenso a orillas del mar
y escribió poemas sobre vírgenes rubias
de ojeras violetas
pasaban y se iban, no volvían
jamás
por eso
decidió conquistar un país
sin historia con diez voluntarios reclutados
entre la gente más inútil de este mundo
pero en Wall Street les cambiaron las pistolas
por perros calientes y Ginger Ale amargo
hasta que en California les hicieron pruebas
para filmlets publicitarios de pasta de sopa
llegarían para conquistar América y América
les conquistaría con la sopa Swent
la sopa
que no engorda a los gordos ni adelgaza
a los delgados
pero que tampoco resucita a los muertos
y ya en Vancouver sintió la nostalgia
de los mares del Sur
en Macao Kit la Blanca
había muerto de alergia en brazos de un suizo
y las muchachas fornicaban por correspondencia
con granjeros australianos, plantadores de acacias
al por mayor
por eso fue lama en el Tíbet
y sufrió el poder de Mao Tsé
Tung
descendió a los infiernos y al tercer día
resucitó de entre los muertos
con una estrella roja por corazón
Chin Pon
mas le prohibieron que la estrella girara
por órbitas remotas más allá de la frente
y le canjearon por rojos asesinos
de viudas
reaccionarias, elegantes criminales de patillas blancas
asesinos de Miami, detenidos en Miami, cuando
se inclinaban sobre el escote de una dama
y
musitaban
my dear, i read much of the night, and go south
in the winter
algo irritado, releyó
viejas lecturas, recuperó lugares no olvidados,
sombra de instantes perdidos para siempre
descubrió
que finalmente morimos de uno en uno
y se echó
a llorar
a orillas del mar
la, lá, la, lá,
la, lá, la,
lá.
Movimientos
sin éxito (1969)
‘Cuasimodo’ es un poema sobre el viaje de la vida y sobre el proceso de aprendizaje del ser humano. El
imaginario que en él se presenta guarda relación con el poema anterior y con la
poesía del escritor, pues V.M. contextualiza ese recorrido vital en los lugares
más marginales, donde las normas no tienen cabida y los vicios, como la droga,
están a la orden del día. V.M. fusiona esta realidad con la ficción, la
literatura, la música, la crítica, etc., algo muy propio de él.
En
el primer verso aparece el sintagma ‘trabajador de sueños’ y en el segundo el
verbo ‘escogió’. Podemos entenderlo como una referencia metaliteraria al
proceso de creación y al mundo literario que se origina como producto de este. ‘Cuasimodo’
forma parte de ese mundo literario y en él vemos los motivos que inspiran a
V.M., los espacios que escoge, etc. El título del poema, ‘Cuasimodo’, era como
se designaba al segundo domingo de Pascua. Procede del latín ‘Quasi modo geniti
infantes…’, que significa ‘como niños recién nacidos…’, y alude al nacimiento,
que es cuando se inicia el viaje de la vida., viaje que finaliza cuando
‘finalmente morimos de uno en uno’.
La
segunda estrofa ‘relata’ cómo el mercante enriquecido puede permitirse
refugiarse del invierno en las cálidas playas de Tasmania y visitar Macao,
ciudad de China considerada la versión asiática de las Vegas, y donde la
prostitución está legalizada. Allí visita los burdeles y conoce a Kit la
Blanca, posiblemente una prostituta. Ella le regala un collar de cebollas
azules. Este collar, que remite a la tradición egipcia que asociaba el
obsequiar cebollas con la eternidad, simboliza la droga. Drogado, el mercante
ve la vida de mejor manera y cree que puede ser eterna, las cebollas azules no
le hacen llorar.
Llegado el verano, el
mercante echa de menos ‘las largas playas al lado de las vías de trenes
abúlicos, traviesas nudosas y duras piedras rojas de corazón quemado’. Esta
podría ser una imagen de algún lugar entrañable para V.M., o bien podría ser
una referencia cinematográfica. En cualquier caso, el mercante, como Ulises,
añora la calma y la estabilidad del hogar, pues está cansado de vivir sin
control ninguno. Así como Ulises vuelve a Ítaca, el mercader compra un garaje
junto al mar.
En
los siguientes versos el viaje continúa hacia EE. UU. La crítica al capitalismo
se hace patente cuando el mercante y los diez hombres que lo acompañan llegan a
América, al imperio capitalista, y se ven completamente absorbidos por su
cultura (perros calientes, Ginger Ale…). V.M. critica la gastronomía gringa y
su falsa publicidad en esos anuncios de la sopa Swent que ‘tampoco resucita
muertos’.
Más
adelante encontramos una serie de imágenes que no tienen un sentido literal,
son irracionales y responden a esa mirada al surrealismo que caracteriza la
poesía novísima.
El verso ‘por eso se hizo
lama en el Tibet’ entronca con la espiritualidad de los versos que vienen a
continuación, pues hay una referencia al Credo católico: ‘descendió a los
infiernos y al tercer día resucitó de entre los muertos’. La referencia a Mao
Tsé Tung y el hecho de que al volver de los infiernos lleva la estrella roja
(marxismo) por corazón, son una referencia directa a los regímenes totalitarios.
En los versos siguientes se hace una crítica a la divinización de los
dictadores. En cuanto al verso en inglés ‘my dear, i read much of the night,
and go south in the winter’, se trata de la misma alusión a S. Eliot que
veíamos en Como si fuera esta noche la última vez.
El
final del poema es una reflexión pesimista sobre la vida y la inexorabilidad de
la muerte. Se trata de una referencia a la novela En busca del tiempo
perdido, de Proust. Los dos versos que clausuran el poema podrían remitir a
la canción ‘La, la, la’ de Massiel, ganadora del concurso de Eurovisión en 1968,
que en una parte dice ‘todo en la vida es como una canción que cantan cuando naces,
y también en el adiós’.
‘Cuasimodo’
reúne prácticamente todas las características de la poesía novísima de Vázquez
Montalbán: combina lo estético con lo social en esas referencias a los
regímenes totalitarios o a la prostitución; vuelve la mirada hacia el surrealismo
con esas imágenes carentes de lógica alguna (‘las muchachas fornicaban por
correspondencia con granjeros australianos[…]’, y hacia la mitología clásica al
desarrollar el tema del viaje con un planteamiento similar al viaje de Ulises; incorpora
referencias (intertextualidad) a escritores extranjeros como Proust y Eliot, o
a la música folclórica con la canción de Massiel; como en el poema anterior,
emplea el verso libre y prescinde de la puntuación en ese afán de renovación
del lenguaje; emplea la técnica del collage en este poema, pero en lugar de ser
un collage basado en referencias, se ciñe más al término pictórico y superpone
imágenes que van tomando la apariencia de ser una historia, a pesar de que muchas
de ellas sean de carácter irracional. Este proceso de integrar imágenes,
referencias literarias, gastronómicas, fílmicas, musicales, populares,
políticas, sociales, etc., es lo que finalmente constituye el universo
montalbano, un universo que en literatura se transfigura en numerosos niveles
de lectura y que es la causa de la denominación ‘culturalista’ de su poesía,
pues esta requiere de un gran conocimiento por parte del lector y de varias
lecturas para llegar a su comprensión.
Bibliografía
Ferrari, M. B. (2016). Un novísimo
atípico: la singularidad poética de Manuel Vázquez Montalbán. Prosemas: Revista
de Estudios Poéticos, (2), 205-228. Recuperado de https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5904398
García García, S. (2018). Vázquez
Montalbán, Manuel, Poesía completa. Memoria y deseo (1963-2003), introducción
de J. M. Castellet, Madrid, Visor, Colección Visor de Poesía, 2018, 509 págs. Philobiblión:
Revista de literaturas hispánicas, (7), 101-106. Recuperado de https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6749300
Rey, A., Mainer, J. C., Pérez Leal, A., Labordeta, J.
A.
(1989). Manuel Vázquez Montalbán. Poesía en el Campus 1987-88 y 1988-89:
Revista oral de poesía, (4), 119-136.