ANTOÑITA LA FANTÁSTICA
En esta segunda entrada sobre Borita Casas hablaré sobre el primer
libro de la colección e introduciré a nuestra personaje principal:
Antoñita la Fantástica.
Antoñita es una niña
de unos ocho o nueve años que cuenta la vida cotidiana de su familia
acomodada de Madrid de los años 40. Escrita en primera persona a
modo de diario, nos sorprende con su ingenuidad y su habla llena de
gracia. Rebosante de
curiosidad, sus observaciones son propias de una
chiquilla
de su edad, pero que están llenas de razón. Como el resto de
protagonistas de la literatura juvenil de la época, usa un lenguaje
maduro, casi adulto aunque Borita Casas utiliza repetidamente el
diminutivo para ofrecer una mirada más tierna del mundo, reflejo de
la propia infancia de la autora (Bravo 1990:27).
Ella es “arquetipo de la niña, la adolescente y la joven
que toda mujer hemos sido” en palabras de la autora. Para Borita
Casas “ha resultado sencillísimo escribir doce libros sobre la
vida corriente, vulgar y fantástica, que es siempre el cotidiano
pasar de tantas Antoñitas que hay desperdigadas en el mundo”
(Casas 1958:592). Con estas palabras se dirige nuestra escritora a su
amigo Don José Simón Díaz el 13 de octubre de 1958.
El primer libro de la colección se llama Antoñita la Fantástica,
publicado por la editorial Gilsa. La obra empieza de la siguiente
manera:
“De pronto, queridas niñas que leéis Mis chicas ha pasado
una cosa fantástica. A mí no me importa nada que me digan que soy
eso, al contrario; yo creo que en el fondo me gusta, y muchas veces
me pongo a reír por dentro, que es una cosa que me da mucho gusto
porque no se entera nadie más que yo”. (p.7)
Aquí ya vemos que Antoñita se dirige a nosotras como lectoras,
expresa todos sus sentimientos al estilo de un diario, además nos
sirve para conocer la realidad madrileña de la época; la revista
Mis chicas, la primera revista femenina de la posguerra
española. Se menciona, más adelante, la Zambra 1947 que es un
espectáculo que gozó de gran popularidad en la época; el “rincón
de belleza” del periódico, escenas en el metro, la verbena…
Los personajes que aparecerán en la mayoría de las entregas son:
Antoñita, su chacha Nicerata, su asistenta Remigia, su abuela, su
madre, su cariñoso padre, su hermano Pepito, su tía Carol y su
mejor amiga Malules. Presenta, por lo tanto, un cuadro familiar
típico de cualquier niña de clase pudiente. Destacable es el
contraste coloquial entre Antoñita y su ama Nicerata que representan
la misma familiaridad entre dama y criada de las comedias, quien
muchas veces ejerce el papel de madre. (Bravo 1985:197)
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Dibujos de Zaragüeta (2004) |
Otro de los rasgos que caracterizan a la obra son los contrastes que
refleja Antoñita cuando viaja fuera de Madrid. Su primera salida es
a Mendigorriaga donde describe la lengua vasca como “hablan una
cosa que no las entiendo nada; mucho más difícil que el francés y
que todo en el mundo” (p, 44).
Su segunda salida es al pueblo soriano de Nicerata donde se encuentra
con costumbres que le resultan diferentes: “me acerqué a la pila
del agua bendita y me persigné; luego pasé por entre los hombres
que no sé por qué se ponen solos en la entrada”, o cuando un
hombre guiña el ojo a Nicerata pidiéndole matrimonio y ella piensa
“¡qué pena ser de Madrid! Porque esas cosas no las pueden hacer
más que los de
pueblo. De modo que lo único que contesté con mucha rabia
fue que la chacha se casaría con él cuando las ranas críen pelo”
(p.115). En el pueblo conoce
a una niña llamada Eduviges gracias a quien descubre
el trabajo de
campo como sacar las cabras, que recuerda con cariño cuando vuelve a
Madrid “¡las ocho ya! … ¡la hora de las cabras! Y sentí un
nudo en la garganta y unas ganas de llorar horribles” (p.137).
Otro
episodio que merece la pena mencionar es cuando le roban a la cacha
el monedero y Antoñita reflexiona sobre la importancia del dinero
“al pasar por una confitería se me antojó un bollo con bastante
buena pinta; ya iba a decírselo a la chacha cuando me acordé que no
teníamos más que treinta céntimos… ¡Dios mio, qué pobres
éramos! Y por primera vez en mi vida me di cuenta de la falta que
hace el dinero” (p.142).
Otro
episodio donde vuelve a salir el tema del dinero es al final, cuando
celebran nochebuena: “¡un enorme pavo, tan grande como un
avestruz, me miraba muy tieso! Por lo visto, era un regalo para
papá”; “ salimos a comprar dulces y fiambre. ¡hoy, la de cosas
que compramos! Yo no sé de donde saca mamá tanto dinero, porque
como siempre se está quejando….” (p.183). Con estos pasajes
podemos apreciar claramente el tipo de ámbito social en el que se
mueve Antoñita y su familia, episodios costumbristas de una familia
acomodada de Madrid.
Al igual que al comienzo del libro, termina dirigiéndose a las
lectoras con el adelanto de una nueva entrega. Recordar que Antoñita
nació como un personaje radiofónico, por ello el libro se divide en
diferentes escenas.
“¡huy qué pena! ¿pero cómo se ha terminado este libro tan
pronto? […] Ahora precisamente que os quería contar un sueño
precioso que tuve anoche […] mañana mismo os prometo empezar a
escribir otro libro”.
Bibliografía
BRAVO-VILLASANTE,
Carmen (1990). “Borita Casas, La eterna niña” en Cuadernos de
Literatura Infatil y Juvenil, N.º 19, pp. 28-30
BRAVO-VILLASANTE,
Carmen (1985). Historia
de la literatura infantil.
Madrid: Editorial Escuela Española, S.A.
CASAS, Borita (2004). Antoñita la Fantástica (5º edición). Madrid:
Editorial Edaf, S.A.
CASAS, Borita
(1958). “Antoñita la fantástica”. En la Revista Mensual del
Instituto Nacional del Libro Español. Tomo I, Nº11, pp.
591-594.