viernes, 8 de mayo de 2020

ANTOÑITA LA FANTÁSTICA, creación de BORITA CASAS



¡PARECES ANTOÑITA LA FANTÁSTICA!

Con esta última entrada cierro mi trabajo sobre una escritora que tuve el placer de leer cuando no tenía más de catorce años y de la que apenas conocía su historia. Ahora ya sabemos un poco más de Borita Casas, pero no se debe olvidar que aún quedan otras muchas escritoras arrinconadas en las estanterías y desvanes de nuestros abuelos.

Primero os quiero hablar sobre la adaptación en 1967 de Antoñita La Fantástica, dirigida por Pilar Miró y protagonizada por Inma de Santis.En la prensa de 1967 se lee: “"Hace unos veinte años, una colección de historias para adolescentes alcanzó enorme popularidad en España. Su protagonista era Antoñita La fantástica, y su autora, Borita Casas. Ahora, aquellas historias, remozadas y vertidas a un nuevo lenguaje, se ofrecen en las tardes de los domingos dentro de la emisión juvenil”. También me parece curioso mencionar que salió en aquella época una serie de muñecas recortables de Antoñita.


















A lo largo de estas seis entradas hemos hecho un recorrido por la obra de Liboria Casas Regueiro, una escritora de talante clásico pero que ha puesto su granito de arena en la renovación infantil femenina de posguerra. Con sus doce obras vemos crecer y madurar a nuestra protagonista con tal salero que resulta imposible no cogerle cariño. Antoñita es el ejemplo de niña, como lo hemos sido todos, que fantasea con mundos lejanos, que presenta la inocencia y la sinceridad de alguien que no siempre comprende el mundo que le rodea. No creo que haya mejores palabras que las de la propia autora para describir lo que ha supuesto esta colección para una generación de jóvenes lectoras.
“Muchas veces he pensado en ello, palabra. Meditando al paso, que la resonancia y misteriosa simpatía que esta colección ejerce sobre la grey femenina, no estriba más que en su sencillez; en reconocernos todas como un poco hermana gemelas de esa Antoñita tan natural y tan fantástica...” (Borita, 1958:594)

Ahora ya sabemos que significa la expresión que seguramente nuestras abuelas nos hayan dicho cuando fantaseamos o tenemos demasiada imaginación, ¡Pareces Antoñita La Fantástica!

No quiero terminar este trabajo sin hablar sobre la falta de estudios acerca de la literatura juvenil de posguerra y más concretamente sobre las escritoras. Muy pocos son los registros, los trabajos y estudios sobre estas mujeres que también contribuyeron a la creación literaria. Podemos encontrar la obra completa de Borita Casas en el catálogo de la Biblioteca Nacional de España, pero no digitalizada. Asimismo no se conserva ninguna grabación de los programas radiofónicos en los que participó Borita Casas como “Charlas del hogar” , “Boutique insólita” o “Charlas de Antoñita y Don Antonio” a pesar de ser relativamente recientes en el tiempo.

“Sin embargo, por lo que se refiere a las escritoras de posguerra, hay que esperar hasta los años setenta, cuando la crítica feminista, o con perspectiva de género, empieza a tener un tímido peso en España, para que se produzca su revisión crítica. A partir de ese momento es más fácil encontrar artículos, trabajos o incluso alguna tesis doctoral, sin embargo, los progresos son lentos y a menudo insuficientes, debido a la gran represión que sufre el feminismo “y a presiones ora políticas ora materiales” (Santamaría 2018:170).

Por último, me despido con estas palabras escritas el 13 de octubre de 1958 por Borita Casas a su amigo D. José Simón Díaz desde México:

Y nada más, distinguido amigo. Discúlpeme si mi objetivo crítico ha sido excesivamente tierno para hablar de “mi niña”; defecto muy maternal y comprensible. Con toda cordialidad le saluda desde este continente. Borita Casas”

Bibliografía

CASAS, Borita (1958). “Antoñita la fantástica”. En la Revista Mensual del Instituto Nacional del Libro Español. Tomo I, Nº11, pp. 591-594.

SANTAMARÍA VILLARROYA, Andrea (2018). “La recepción de las escritoras de posguerra. Crítica tradicional vs. Crítica feminista”. En La universidad con perspectiva de género. Ediciones Universidad de Salamanca. Recuperado de:

SIN AUTOR (5 de febrero de 2009).Blogspot .[Blog]. Recuperado de

SIN AUTOR (4 de octubre de 2013). La memoria revivida. [Blog]. Recuperado de:

ANTOÑITA LA FANTÁSTICA, creación de BORITA CASAS


LAS COMPAÑERAS DE ANTOÑITA LA FANTÁSTICA

En esta entrada del blog hablaremos sobre otras colecciones juveniles destinadas al público femenino que compartieron espacio y tiempo con Antoñita la Fantástica.

La colección más conocida fue Celia, creada por la magnífica escritora Elena Fortún. El personaje nació en 1928 en Gente menuda, complemento infantil de la revista Blanco y negro. “Celia era una niña moderna para su época: femenina y tierna, pero también curiosa hacia el entorno y en ocasiones rebelde” (Huguet, 2013:21). Al igual que Antoñita, Celia vive alejada de la realidad de posguerra, su cercanía y humor fue lo que la acabó convirtiendo en modelo de heroína para las lectoras, muy a pesar de la censura. Su colección también fue editada por la editorial Aguilar, hasta 1942 cuando saca Celia madrecita donde la protagonista ya tiene “14 años, teniéndose que ocupar de sus dos hermanas pequeñas al morir su madre, y posteriormente adulta y casada” (Sotomayor, 2007:241).


 Más adelante Elena Fortún lanza a una nueva colección donde la protagonista será una de las hermanas pequeñas de Celia. Mila, la menor de las hermanas, “es la que mejor reproduce el carácter imaginativo, aventurero y divertido de Celia en su infancia” (Sotomayor, 2007:241).

Otro rasgo que comparten estas dos colecciones son los problemas con la censura. “Primero, no le gusta nada la costura, segundo y al igual que Antoñita la fantástica de Borita Casas, como veremos más adelante, sus gustos literarios son poco ortodoxos, y por último es fundamentalmente libertaria en su forma de enfrentar la vida.” (Craig 2000:71). Elena Fortún sufrió la censura más duramente que Borita Casas pues muchas de sus obras fueron prohibidas enteramente1.

Otra recopilación es Mari Pepa, creada por Emilia Cotarelo de los Rios, escritora especializada en literatura infantil. Las aventuras de Mari Pepa nacieron en la revista infantil Flechas y Pelayos con su primera publicación titulada Mari Pepa entre los rojos en 1938 y desapareció en 1962 con Mari Pepa en el fondo del mar. Las ilustraciones en color son a mano de María Claret, conocida ilustradora de cuentos infantiles durante los años cuarenta y cincuenta. “Claret crearía todo un estilo visual: figuras redondeadas, de colores llamativos en ambientes y escenarios idealizados. Las muñecas de Claret eran heroínas para niñas soñadoras y listas” (Huguet, 2013:22)

Mari Pepa es una niña de siete años, de clase media favorecida, “de melena rubia y mirada amplia” que pasa el tiempo haciendo costura, cocinando, creando manuales,... “Mari Pepa es obediente y nada hay en el personaje que desentone con la corrección al uso: el entorno familiar ordenado y cómodo, la educación católica apoyada por una institutriz doméstica, y saludables vacaciones que alternaban el mar (en San Sebastián) y la montaña” (Huguet, 2013:23).

“La suya es una escritura modélica, en el sentido de ajustarse a las exigencias sociales y morales del régimen. Mari Pepa es un modelo de la evasión dispuesta por la propaganda franquista, siempre ajena a la realidad cotidiana” (Huguet, 2013:22). Por esta razón las obras de Emilia Cotarelo no tuvieron problemas en pasar la censura. Distinto es el lenguaje de Mari Pepa “artificioso y poco creíble”, además de situaciones y personajes alejados del humor muy diferente a lo que encontramos en Antoñita o Celia. “A mi hermano José Antonio le tenía una rabia terribilísima. En cuanto lo veía al lado de la jaula, se ponía frenético, erizaba las plumas y se lanzaba contra los barrotes, dispuesto a herirlo a picotazos. La conducta de Pirrimplín me tenía consternada” (Sotomayor, 2007:244).

Las tres son obras que presentan una realidad muy alejada de la sociedad de posguerra. La literatura juvenil del primer franquismo tiene como fin la evasión y la presentación de un ambiente dulcificado gracias al uso del humor derivado del carácter curioso y la ingenuidad infantil. Tampoco hay que olvidar otras colecciones como “Mari-Sol, de Josefina Álvarez Cánovas, Marialí, de Ilde Gir (Matilde Gironella), Charito y sus hermanas, de Matilde Ras, otra Marisol de Carolina Toral y un sinfín de niñas y muñecas que protagonizan historias familiares de carácter aleccionador en la mayoría de los casos”. (Sotomayor, 2007:241)



















Bibliografía

CRAIG, Ian S. (2000). “La censura franquista en la literatura para niñas: Celia y Antoñita la fantástica bajo el caudillo”. En Actas del XIII Congreso de la Asociación Internacional de Hispanitas, Vol 4, pp. 69-78. Recuperado del Centro Virtual Cervantes:
HUGUET, Montserrat. (2013). “Memoria del primer franquismo. Mujeres, niños y cuentos de infancia”. Sobre Donne e bambini. Italia. Recuperado de:
SOTOMAYOR SÁEZ, M.ª Victoria (2007). “El humor en la literatura infantil del franquismo”. Anales de Literatura Española, n.º 19, pp. 237-251.
1“El Delegado Nacional de Propaganda envía el siguiente comunicado a Manuel Aguilar: «Con motivo de la prohibición de circulación y recogida de la obra de Elena Fortún titulada Celia institutriz, decretada por esta Delegación Nacional, [ésta] ha determinado que en adelante no sea autorizada la publicación ni la circulación de ninguna obra de dicha escritora” (Craig :71)


Ana María Moix

2.Producción literaria y características de su generación 
La producción de Ana María Moix es muy variada, fue poeta, novelista, cuentista, ensayista y también editora y traductora.
En poesía, además de aparecer en la antología Nueve novísimos poetas españoles, la cual sirvió para darle a conocer e incluirla dentro de una generación literaria concreta, también publicó varios poemarios Baladas del dulce Jim (1969), Call me Stone (1969) No time for flowers y otras historias (1971), que ganaría el Premio Vizcaya de Poesía. Más adelante recogería toda su producción literaria hasta el momento en A imagen y semejanza (1983).

Su primera publicación en prosa fue Julia (1970), una novela que trata sobre una chica que se niega a crecer, donde aparece la constante del hermano enfermo que surgirá durante toda su obra, siendo también un retrato impresionante de la Barcelona de los años setenta.
Después escribirá Ese chico pelirrojo a quien veo cada día (1971), un libro infantil. Tres años después, escribió Walter ¿por qué te fuiste? (1973), donde trata temas como la homosexualidad y los conflictos derivados de una educación religiosa basada en el pecado y la culpa. Seguirá entonces con la línea de la literatura infantil: La maravillosa colina de las edades primitivas (1973) y Los robots. Las penas (1982) y, a la vez, continuaría también con la escritura de ensayos o artículos como Veinticuatro por veinticuatro (1973) o Mara Girona: una pintura en libertad (1977), hasta su siguiente novela, Las virtudes peligrosas (1985). Dicha novela cuenta con una visión dulce del pasado y otra de terror para el futuro, trata el amor homosexual entre dos mujeres y obtuvo el Premio ciudad de Barcelona. Pese a que Ana María Moix no era una escritora que tuviera gran interés en ganar premios, los fue recibiendo, de hecho, después de escribir Miguelón (1986), La niebla y otros relatos (1988) volvió a ser galardonada con el mismo premio unos años después por su novela Vals negro (1994), basada en el mito de Sissi, la última emperatriz de Austria Hungría.

Realizó también trabajos relacionados con la mujer, como por ejemplo, una biografía de mujeres fascinantes que dejaron huella en su tiempo, como Frida Kahlo, Tamara de Lempicka, Coco Chanel o Carson Mc Cullers que tuvo por título Extraviadas ilustres (1996). También publicó un epistolario, De mar a mar (1998), entre ella y Rosa Chacel, que en ese momento vivía en Brasil. Gracias a esta coleccion de cartas podemos observar el tema del vínculo entre mujeres y especialmente el de maestra-alumna.
De su paso por la Gauche divine escribió, en 1971, 24 horas con la Gauche divine (2002), trazando un retrato de este grupo de intelectuales y artistas de Barcelona. Del mismo año son las obras El querido rincón (2002) y De mi vida real nada sé (2002). Nueve años más tarde, publicó Manifiesto personal (2011), un ensayo bastante pesimista y apocalíptico sobre la actualidad que estaba viviendo, en el que trata todos los aspectos de la sociedad utilizando testimonios de amigos, vecinos, familiares y expertos, además de retazos de su propia biografía.
La generación de los novísimos, también conocidos como culturalistas, generación del 70 o generación del lenguaje, son poetas enmarcados en la mitad de los años 60 y en los años 70. Este grupo de poetas, donde Ana María era la única mujer, nacieron entre 1939 y 1950, existiendo entre ellos una gran diferencia generacional. Al nacer, como pronto, a finales de la Guerra Civil, su primera conciencia educativa y sentimental fue distante de la de los niños de la guerra. Aunque en general podemos decir que los autores de esta generación empiezan a escribir en torno a 1964, 1965 y 1966, siendo algunos de ellos todavía muy jóvenes, su boom como generación no se dio hasta la publicación de Arde el mal. Josep Mª Castellet será el que seleccione a nueve poetas creando su antología Nueve novísimos poetas y asentado las características comunes del grupo. Estos poetas fueron Pere Gimferrer, Guillermo Carnero, Félix de Azúa, Antonio Martínez Sarrión, Manuel Vázquez Montalbán, Leopoldo Mª Panero, Ana María Moix, Vicente Molina Foix y José Mª Álvarez. Dichos autores estaban formados académicamente, tuvieron acceso a estudios universitarios y muchos de ellos eran políglotas o solían viajar al extranjero con relativa frecuencia. Sus influencias literarias eran diversas, leían a autores extranjeros, hispanoamericanos como Paz, Lezama Lima o Girondo y tuvieron especial admiración por Vicente Aleixandre.

Las características generales de la generación parten del rechazo del realismo poético, la poesía social, la poesía de lo cotidiano, de lo biográfico y de las emociones. A partir de ahí, su poesía era esteticista, tenían culto por la palabra, una palabra con gran carga irónica, sonoridad y riqueza. Experimentaban con el lenguaje pero también retornaron ciertas formulas estilísticas del pasado, como la línea superficial y decorativa del Modernismo, los valores irracionales del lenguaje propios del surrealismo, el gusto por la literatura sobre la literatura y no sobre la vida y ciertos rasgos del simbolismo, del decadentismo y del culturalismo. Además, introdujeron novedades como el gusto o sensibilidad camp,  creando una nueva mitología e imaginario desde la poesía utilizando elementos del cine, de los tebeos, de la música pop, jazz o folclórica, como la copla y, a veces, apreciaban elementos de otras mitologías y de la cultura clásica. A veces Venecia se convertía en signo de clasicismo y modernidad decadentista. Otros rasgos comunes de la generación eran el uso del verso libre a veces casi prosa, de los signos de puntuación de forma innovadora y de la introducción de refranes.


Bibliografía y webgrafía:


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Y con el teatro de Miguel Hernández doy por concluido este viaje a través de su vida y gran parte de su obra. Personalmente, no sabía much...