Por
el contexto en el que se inscribe muchos estudiosos la han considerado miembro
de la Generación del ‘98 ya que comparte con estos autores la preocupación por
España como una nación y por sus innovaciones estéticas, a pesar de sus
reivindicaciones a cerca de la figura de la mujer en sus novelas. A partir de
1868 surge un nuevo discurso sobre la mujer en España, cuando aumentó el
interés por la educación de las mujeres. El 14 de abril de 1931 con la
proclamación de la República, María Martínez apartó su vida literaria dedicada
a escribir teatro y comenzó a introducirse en el mundo de la política, sin
embargo, ella misma afirma no conformarse con ser republicana ya que sus
ideales van más allá y defiende la libertad de la mujer.
Defendía
no solo el derecho a voto femenino, sino la presencia de mujeres en
instituciones públicas del estado como, por ejemplo, administración,
diplomacia, asuntos sociales e incluso manifestaciones. Escribió numerosos
libros y artículos periodísticos a cerca de estas cuestiones feministas. Aquí
vamos a tratar dos obras Tú eres la paz y Una mujer por caminos de
España, además de un artículo periodístico.
En
cuanto a Tú eres la paz a pesar de que es una obra firmada por Gregorio,
María comenzó su escritura una vez se enteró del romance de su marido con la
actriz Catalina Bárcena y se presenta a sí misma como protagonista de esta
obra. La situación femenina del personaje principal es un reflejo de su vida y
sus pensamientos feministas incluyendo el período de feminismo militante en el
que participó los años anteriores a la Guerra Civil. La protagonista, Ana
María, es el alter ego de María. Nos presenta a una mujer que presenta tanto
los valores de una mujer tradicional y los cuidados domésticos combinada con
una rama de mujer moderna que escribe, lee y es independiente.
La
trama amorosa de esta obra es un reflejo de su situación con su marido y la
amante de este. Ana María escribe a su primo y también novio para que regrese
del extranjero ya que la abuela de ambos, quien los ha criado, se está
muriendo. Al regresar Agustín, Ana María descubre que este ha tenido un hijo
con una bailarina y que esta lo ha abandonado por otro hombre. A pesar de ello,
ambos se ponen de acuerdo para no revelar a su abuela que el noviazgo entre
ambos está acabado. Se nos presenta a la figura femenina, Ana maría, como una
mujer que tiene gran afinidad con su tierra, mientras que el personaje
masculino representado por Agustín es débil y con poca fuerza de voluntad.
En
Una mujer por caminos de España (1952) relata varios capítulos de su
vida durante la época en la que fue militante del Partido Socialista Obrero
Español. Esta obra fue escrita durante su exilio francés a la vez que comenzó
su obra autobiográfica Gregorio y yo. Recrea sus charlas en las Casad el
Pueblo y en las Universidades populares propagando ideales feministas y
pidiendo que las propias mujeres fuesen quienes se levantasen ante un sistema
que les otorga un papel injusto y apartado de la vida social. No solo se centra
en el feminismo, sino como clase obrera y campesina que representa los pueblos
por los que viaja. Expone a una población sumergida en la ignorancia y casi
analfabeta y visualiza la República como un medio para solucionar esta
situación decadente. Además de dejar constancia de las malas condiciones de la
mujer en esa época narra lo poco que ella, desde su perspectiva de mujer, puede
hacer por solucionar dicha situación.
En
el año 1931 escribe un artículo periodístico sobre feminismo en la Revista
Crónica en la que participaron las figuras feministas españolas más destacadas
de la época como Clara Campoamor, Carmen de Burgos, Isabel de Palencia, Elisa
Soriano, Carmen Camaño... entre otras muchas. En este artículo expone su
opinión sobre la defensa del voto femenino en el gobierno de la República.
Reivindica que el voto femenino no es ningún peligro para el sistema que ofrece
la República, sino todo lo contrario ya que otorga un papel en la sociedad a
las mujeres. Afirma que los hombres no han presentado ningún argumento en
contra del sufragio femenino más allá del temor de la desestabilización de la
República ya que existe cierto temor a que las mujeres actúen como un rebaño y
no tengan conciencia política, sin embargo, este mismo riesgo es el que se
corre con el voto masculino. A lo que solían hacer referencia muchas de las
feministas de la época es a la necesidad de educar a toda la población,
incluyendo a las mujeres para erradicar la ignorancia y promover la conciencia
cívica y reflexión personal.
María Martínez asegura que: “La idea de justicia, innata en el varón, no la adquiere la hembra—nacida para defender lo inmediato con uñas y dientes—sino a fuerza de cultura. Y la incultura es nuestra tragedia, la tragedia española.”
Por si queréis saber más sobre el
artículo, os dejo aquí el enlace:
En definitiva, puede parecer contradictorio desde el punto de
vista del feminismo actual que María defendiera un discurso feminista con su
forma de vivir, ya que sus obras estaban firmadas y respaldadas por el nombre
de su marido. Sin embargo, hay que tener en cuenta el contexto tan distinto al
presente en el que ubicamos a la autora.
BIBLIOGRAFÍA
Roberta Johnson. Teoría feminista en Tú
eres la paz de María Martínez Sierra. Actas XIV Congreso AIH, (Vol. III),
323 - 330.
María Jesús Matilla Quiza. María Lejárraga
y el asociacionismo femenino. 1900 - 1936. Universidad Autónoma de Madrid,
pp. 83 - 101.
Alda Blanco. UNA MUJER POR CAMINOS DE
ESPAÑA: MARÍA MARTÍNEZ SIERRA Y LA POLÍTICA. Universidad de
Wisconsin-Madison, pp. 173 - 188.