sábado, 30 de mayo de 2020

Ana María Moix

5. Conclusiones


Después de haberme acercado a la obra de Ana María Moix y tener una idea general de su producción literaria y también de su biografía, puedo decir que esta autora dispone de una gran variedad de obras, más o menos extensas, porque recordemos que escribió desde novela hasta ensayo y, por supuesto poesía, provocando todas ellas un gran interés.

 Su estilo está marcado en ocasiones por la ironía y otras por la melancolía, puede ser tierna, pero también sarcástica y desconcertante. Ana María Moix es capaz de mostrarnos sentimientos íntimos, que pueden o no pertenecerles, y también mundos o realidades inventadas llenas de creatividad y complejidad. En general, era bastante innovadora, tanto en sus creaciones literarias como en sus trabajos como editora y traductora, dándole musicalidad a los poemas que traducía de otros autores. Por ejemplo, introdujo en sus obras las relaciones homosexuales y bisexuales, las frases o palabras en otros idiomas, sobre todo del inglés y las referencias a cuestiones actuales. El hecho de que comenzase como poeta probablemente caracterizó su prosa haciendo que sus textos sean enormemente sugestivos y compactos, en el sentido de que parece que están enormemente meditados y pensados para que todo esté relacionado. Otro de los rasgos más característicos es el reflejo de que fue una gran lectora, no solo porque tiene un gran estilo y un lenguaje bastante rico, sino también por la intertextualidad perceptible y el uso de recursos literarios. De esta forma, Ana María Moix mezcla elementos de la tradición y no solo de la literatura española, sino también europea e hispanoamericana, con otros más modernos, citando siempre a autores que le han servido como maestros en su trayectoria literaria.

Ana María Moix

4. Narrativa


Ana María Moix cultivó la novela, los cuentos, el relato corto y el ensayo. Por esta razón, he decidido seleccionar varios de sus relatos y un artículo, teniendo así la oportunidad de acercarnos a más de una de sus facetas narrativas.
En primer lugar, Las virtudes peligrosas (1985), galardonada con el Premio Ciudad de Barcelona es una recopilación de cinco cuentos bastante amenos de leer y con un lenguaje claro y enormemente sugestivo.
El primero de ellos, homónimo al libro, es, según mi punto de vista, el mejor de los cinco. El argumento de la obra es difícil de resumir, algo que tampoco pretendo hacer, por si alguien quiere leerlo en un futuro. En rasgos generales, trata sobre una niña, Alice, con la que el narrador conversa, sin obtener ninguna respuesta por su parte. La acción transcurre en dos casas de dos ancianas donde Alice acude cada tarde pare leerles. La historia tiene un halo de misterio y una forma de enganchar al lector quien deseará saber más. Además, el narrador, del que desconocemos su identidad hasta muy avanzado el relato, va guiando a Alice y a la vez nos va guiando a los lectores, como en una gymkana, recogiendo pista tras pista hasta unirlas todas y descubrir el enigma.
El segundo de ellos, “Érase una vez”, es un relato metaliterario que trata sobre cuestiones de la propia literatura. En este encontramos personajes como Érase una vez, Uno para contarlo, haciendo referencia a frases prototípicas de los cuentos, otros como el Conde Laurel, Con Quién, la Viuda del Conde Laurel o La Virgen de la Cueva, originarios de canciones infantiles y también de cuentos tradicionales como la Bella Durmiente, Blancanieves y los enanitos. Todos estos personajes viven y se relacionan en una misma casa, algo así como la casa de los cuentos, donde tienen conflictos como el del protagonista del cuento, Uno para contarlo, quien no comprende por qué tiene que almacenar en su cabeza todas las historias que se le presentan si como bien dice su nombre solo quedará uno para contarlo y no podrá compartirlo con nadie. Este relato nos produce un gran sentimiento de frustración, intentando acercar así al lector a lo que deben sentir los personajes.
El tercer relato, “El inocente”, enreda al lector en los pensamientos del protagonista, algo que al parecer veremos en varios de estos relatos. En este caso, el protagonista es un hombre que se encuentra en un bar, no conocemos la razón, pero sí sabemos que es un hombre muy negativo y maniático. Otro hombre, al que hace referencia el título del cuento, intenta ayudarle por todos los medios mientras el protagonista critica todo lo que hace o dice. Finalmente, “el inocente”, es decir, el segundo hombre, termina siendo golpeado por el primero y se descubre la razón de su mal humor y de su estancia en aquel bar.
El cuarto relato, “El problema”, es la personificación de un problema, es decir, los problemas son seres vivos dentro de este relato y es uno concretamente el que lo protagoniza. En este mundo donde los problemas estudian para ser problemas, nuestro problema quiere ser un problema de matices, algo que sus profesores y compañeros no comprenden, pues serlo significa ser un problema de problemas. Como podemos ver, resulta todo muy enrevesado y lo será todavía más cuando el problema acceda a su primer trabajo. Este se encuentra siendo un problema sexual entre una mujer y un hombre, llamados Yo y Tú, triste por no ser lo que pretendía y decepcionado con ser ese tipo de problema tan moderno y tan poco interesante, termina descubriendo que solo es un problema más de una gran lista entre Yo y Tú. El final, como ocurre con todos los relatos de este libro, es sorpresivo, todo lo que parecía ser de una forma, resulta ser solo una visión dentro de una multiplicidad de ellas.
El quinto relato, “Los muertos” es la narración de una noche de fiesta en casa de la protagonista y, como no, narradora, y su marido Miguel. Al contrario que el resto de los relatos, este tiene un final abierto, algo ha ocurrido veinte años atrás con otro hombre llamado Andrés, pero no conseguimos descifrarlo. Ana María Moix vuelve a utilizar el monólogo interior intercalado con escasos diálogos, pero la importancia del narrador es vital pues vemos todo lo ocurrido a través de sus ojos, escuchamos sus juicios y sentimos la pesadez y el cansancio que va haciendo mella en ella. De hecho. Cuando termina la fiesta y, en el último esfuerzo, se acuesta en su cama, sigue narrando a duras penas hasta que termina, como yo ya he dicho, sin desvelarnos el misterio.



En segundo lugar, el Artículo, publicado en El Páis, Nevermore. Este magnífico texto que comienza con la valoración de la palabra Nevermore, que según Ana es una de las palabras más bellas del mundo, sirve como excusa para analizar varios aspectos desde el punto de vista literario. Por una parte, Ana María Moix nos habla sobre el gran valor de los traductores (recordemos que ella misma era traductora y de hecho, en este texto podemos ver sus conocimientos en lenguas como el castellano, el francés, el portugués y el mallorquín, pues nos aporta las traducciones de dicha palabra). Además, también añade los nombres de aquellos que fueron los encargados de traducir “El cuervo” de Edgar Allan Poe, poema donde aparece utilizada nevermore, es decir, que es conocedora de otros autores y de sus trabajos. Por esta razón, Ana cita a Borges, para explicar el gran problema de la traducción, el de que dos palabras pueden significar lo mismo y sonar muy diferente y por esto el trabajo de los traductores, en este caso en poesía, no solo es aportar el significado, sino intentar conseguir la misma sonoridad. Por otra parte, el análisis de este aspecto le lleva a mostrar su interés por la figura del poeta, entendiendo la creación de poesía como una tarea que busca la creación de belleza mediante el trabajo, la voluntad y la técnica y no únicamente por la existencia de la inspiración, es decir, según la visión del traductor, poeta, ensayista y crítico de arte Charles Baudelaire.


Bibliografía
  • Ana María Moix. (2002). Las virtudes peligrosas. Barcelona: Lumen
  • Ana María Moix. (2011). Nevermore. 26/05/2020, de El País Sitio web: https://elpais.com/diario/2011/09/18/catalunya/1316308058_850215.html





jueves, 28 de mayo de 2020

Feminismo en la obra de María Lejárraga


Por el contexto en el que se inscribe muchos estudiosos la han considerado miembro de la Generación del ‘98 ya que comparte con estos autores la preocupación por España como una nación y por sus innovaciones estéticas, a pesar de sus reivindicaciones a cerca de la figura de la mujer en sus novelas. A partir de 1868 surge un nuevo discurso sobre la mujer en España, cuando aumentó el interés por la educación de las mujeres. El 14 de abril de 1931 con la proclamación de la República, María Martínez apartó su vida literaria dedicada a escribir teatro y comenzó a introducirse en el mundo de la política, sin embargo, ella misma afirma no conformarse con ser republicana ya que sus ideales van más allá y defiende la libertad de la mujer.
Defendía no solo el derecho a voto femenino, sino la presencia de mujeres en instituciones públicas del estado como, por ejemplo, administración, diplomacia, asuntos sociales e incluso manifestaciones. Escribió numerosos libros y artículos periodísticos a cerca de estas cuestiones feministas. Aquí vamos a tratar dos obras Tú eres la paz y Una mujer por caminos de España, además de un artículo periodístico.

En cuanto a Tú eres la paz a pesar de que es una obra firmada por Gregorio, María comenzó su escritura una vez se enteró del romance de su marido con la actriz Catalina Bárcena y se presenta a sí misma como protagonista de esta obra. La situación femenina del personaje principal es un reflejo de su vida y sus pensamientos feministas incluyendo el período de feminismo militante en el que participó los años anteriores a la Guerra Civil. La protagonista, Ana María, es el alter ego de María. Nos presenta a una mujer que presenta tanto los valores de una mujer tradicional y los cuidados domésticos combinada con una rama de mujer moderna que escribe, lee y es independiente.
La trama amorosa de esta obra es un reflejo de su situación con su marido y la amante de este. Ana María escribe a su primo y también novio para que regrese del extranjero ya que la abuela de ambos, quien los ha criado, se está muriendo. Al regresar Agustín, Ana María descubre que este ha tenido un hijo con una bailarina y que esta lo ha abandonado por otro hombre. A pesar de ello, ambos se ponen de acuerdo para no revelar a su abuela que el noviazgo entre ambos está acabado. Se nos presenta a la figura femenina, Ana maría, como una mujer que tiene gran afinidad con su tierra, mientras que el personaje masculino representado por Agustín es débil y con poca fuerza de voluntad.

En Una mujer por caminos de España (1952) relata varios capítulos de su vida durante la época en la que fue militante del Partido Socialista Obrero Español. Esta obra fue escrita durante su exilio francés a la vez que comenzó su obra autobiográfica Gregorio y yo. Recrea sus charlas en las Casad el Pueblo y en las Universidades populares propagando ideales feministas y pidiendo que las propias mujeres fuesen quienes se levantasen ante un sistema que les otorga un papel injusto y apartado de la vida social. No solo se centra en el feminismo, sino como clase obrera y campesina que representa los pueblos por los que viaja. Expone a una población sumergida en la ignorancia y casi analfabeta y visualiza la República como un medio para solucionar esta situación decadente. Además de dejar constancia de las malas condiciones de la mujer en esa época narra lo poco que ella, desde su perspectiva de mujer, puede hacer por solucionar dicha situación.

En el año 1931 escribe un artículo periodístico sobre feminismo en la Revista Crónica en la que participaron las figuras feministas españolas más destacadas de la época como Clara Campoamor, Carmen de Burgos, Isabel de Palencia, Elisa Soriano, Carmen Camaño... entre otras muchas. En este artículo expone su opinión sobre la defensa del voto femenino en el gobierno de la República. Reivindica que el voto femenino no es ningún peligro para el sistema que ofrece la República, sino todo lo contrario ya que otorga un papel en la sociedad a las mujeres. Afirma que los hombres no han presentado ningún argumento en contra del sufragio femenino más allá del temor de la desestabilización de la República ya que existe cierto temor a que las mujeres actúen como un rebaño y no tengan conciencia política, sin embargo, este mismo riesgo es el que se corre con el voto masculino. A lo que solían hacer referencia muchas de las feministas de la época es a la necesidad de educar a toda la población, incluyendo a las mujeres para erradicar la ignorancia y promover la conciencia cívica y reflexión personal.

María Martínez asegura que: “La idea de justicia, innata en el varón, no la adquiere la hembra—nacida para defender lo inmediato con uñas y dientes—sino a fuerza de cultura. Y la incultura es nuestra tragedia, la tragedia española.”

Por si queréis saber más sobre el artículo, os dejo aquí el enlace:


En definitiva, puede parecer contradictorio desde el punto de vista del feminismo actual que María defendiera un discurso feminista con su forma de vivir, ya que sus obras estaban firmadas y respaldadas por el nombre de su marido. Sin embargo, hay que tener en cuenta el contexto tan distinto al presente en el que ubicamos a la autora.





BIBLIOGRAFÍA



Roberta Johnson. Teoría feminista en Tú eres la paz de María Martínez Sierra. Actas XIV Congreso AIH, (Vol. III), 323 - 330.



María Jesús Matilla Quiza. María Lejárraga y el asociacionismo femenino. 1900 - 1936. Universidad Autónoma de Madrid, pp. 83 - 101.



Alda Blanco. UNA MUJER POR CAMINOS DE ESPAÑA: MARÍA MARTÍNEZ SIERRA Y LA POLÍTICA. Universidad de Wisconsin-Madison, pp. 173 - 188.

martes, 26 de mayo de 2020

Introducción a la simbología de Miguel Hernández


La poesía de Miguel Hernández está cargada de imágenes y de elementos simbólicos. Estos elementos simbólicos varían con el paso del tiempo, desde sus primeros poemas hasta sus últimas obras.

Conocido como el poeta atormentado, Miguel Hernández expresa los grandes temas universales y muestra al hombre con sus miedos y deseos. Esto dará origen a una poesía cósmica atemporal y además, universal. Como bien se explicó en su biografía anteriormente, a pesar de su origen humilde (y su abandono de los estudios a una edad temprana), destaca su gran interés por la literatura y comienza a escribir poesía en torno al año 1925. Surge su voz de poeta que con el paso del tiempo se enriquecerá y madurará hasta convertirse en un poeta de voz profunda, rebelde e intensa o en la voz del poeta que expresa el sufrimiento y melancolía como ocurre en su última obra: Cancionero y Romancero de ausencias.

Para que se produzca ese enriquecimiento y maduración, se debe tener en cuenta la situación personal que vive Miguel Hernández así como las influencias literarias de cada uno de sus periodos literarios. Es por esto, que podemos ver en sus primeros poemas (1924-1931), metáforas que se relacionan con el paisaje de Orihuela y símbolos como el limonero, la higuera, la luna o el olmo. En obras posteriores, las imágenes están más próximas al surrealismo y a pesar de que puede utilizar un mismo elemento simbólico, este puede adquirir un significado diferente dependiendo de cuándo escribe los poemas.

En Perito en lunas (1933) se encuentran los poemas cargados de metáforas y de hermetismo, esta última característica hace difícil su interpretación. Esta interpretación, en ocasiones, se ve favorecida gracias al título del poema, un ejemplo de ello, lo encontramos en el poema “Toro” en donde el elemento del toro ha sido interpretado como un símbolo de valentía. Otro símbolo que podemos encontrar es el de la luna que representa el carácter cíclico de la naturaleza.

 En El rayo que no cesa (1936) el tema central es el amor que queda simbolizado en el rayo. El rayo también es sinónimo de deseo. Otros símbolos que podemos encontrar en esta obra son: el limón como símbolo del pecho femenino, la sangre como símbolo de deseo sexual, la camisa como símbolo del sexo masculino o la pena como frustración ante el rechazo de la amada.

En Viento del pueblo (1937) vemos una poesía de guerra en donde destacan los símbolos hernadianos. También aparecen nuevas imágenes y símbolos. En esta obra, destaca el viento como la voz del pueblo que además, se encarna en el poeta. Un símbolo que se verá a lo largo de toda la obra es el yugo que representa la humillación, otro es el del olivo como símbolo de esperanza (“Los aceituneros de Jaén”), el león se puede ver como un símbolo de rebeldía o el vientre representa al hijo que va a nacer (“Canción del esposo soldado”), este símbolo de una futura vida se contrapone a la muerte y destrucción que provoca la guerra.

En El hombre acecha (1939) los símbolos que podemos encontrar en esta obra son: la sangre como representación del dolor o el tronco como representación del poeta unido a su patria.
En su última obra, Cancionero y romancero de ausencias (1938-1941) los símbolos están relacionados con la muerte de su primer hijo, por lo que podemos símbolos como el ataúd, en contraposición se ve el vientre, símbolo de vida y esperanza (nacimiento de su segundo hijo), la cebolla es otro símbolo presente en esta obra y representa el alimento que la madre le da al hijo, en Cancionero y romancero de ausencias, la luna representa al pecho femenino.

Se puede llegar a la conclusión de que la obra de Miguel Hernández nos muestra una vida de amor y esperanza que ha sido castigada con la ausencia y que nos lleva hasta la muerte.

Bibliografía: 

CIFO GONZÁLEZ, MANUEL (2012) Imágenes y símbolos en la poesía de Miguel Hernández: https://digitum.um.es/digitum/bitstream/10201/26359/1/Im%C3%A1genes%20y%20s%C3%ADmbolos%20en%20la%20poes%C3%ADa%20de%20Miguel%20Hern%C3%A1ndez.pdf [visitado el 26/05/2020]

lunes, 25 de mayo de 2020

Conclusiones sobre Manuel Vázquez Montalbán


Tras dedicar ocho entradas a Manuel Vázquez Montalbán, ha llegado la hora de clausurar esta pequeña investigación. Mucho antes de escoger a quien sería mi compañero/a y objeto de estudio durante dos meses, tenía claro que quería a un escritor que cultivase el género del terror. Lamentablemente, este no era un género de interés durante el periodo que nos ocupaba en la asignatura, así que tuve que mirar hacia otras tendencias. La novela policiaca siempre ha sido de mis preferidas, y partiendo de aquí es como llegué a Manuel Vázquez Montalbán.  Quedé estupefacta al ver lo inmensa que era su producción y me pareció idóneo para elaborar entradas ricas y variadas para el blog. Sin embargo, las ocho entradas se me han quedado cortas para poder presentar a V.M. en condiciones y, sobre todo, para poder compartir con vosotros todos los textos que me han encantado.

Después de estudiar la producción novelística, periodística y poética del escritor, podemos afirmar que V.M. eleva el poder de la palabra y aprovecha todas las posibilidades que le ofrece. Este escritor muestra un gran compromiso con la realidad del momento y ambienta sus historias en contextos actuales, de manera que el lector no solo participa de una historia más o menos ficticia, sino que también conoce una realidad. Esta es una tendencia presente en todos los géneros que cultiva V.M., pues su producción es una plasmación de su universo, el universo Montalbano, y, por ende, de su personalidad y de su concepción de la literatura. Las reflexiones van más allá y el lector se ve sumergido en episodios culinarios, en críticas literarias, en valoraciones musicales, en metaliteratura, en filmografía, etc. Por lo tanto, leer cualquier texto de V.M. es un acercamiento a él como persona, pues obra y vida se complementan hasta el punto de fundirse en una.
Creo que las palabras del cantautor Raimon sintetizan muy bien la idea que puede hacerse un lector de quién es el escritor Manuel Vázquez Montalbán:

Tengo la impresión, y creo que es compartida por mucha gente, que en Manuel Vázquez Montalbán se dan una serie de circunstancias que raras veces coinciden: es un gran escritor, un gran periodista y un gran poeta.
    La suya es una literatura de ideas, muy viva, con una capacidad inmensa para darle la vuelta a los tópicos, a las frases hechas. Tiene siempre la lengua como materia. Posee una generosidad y fecundidad de escritor realmente excepcionales, una conciencia crítica que le ha permitido evolucionar sin renunciar a aquello que es fundamental: su compromiso con las gentes, con las clases subalternas. Tiene, además, la mala leche necesaria en el escritor: a veces son bromas, venganzas literarias, maldades directas a gente que le ha hecho daño o lo han hecho colectivamente. Su escritura y su lenguaje van directamente a las cosas y su prosa es clara e incisiva. (Raimon, 1997).

Dado que en dos meses he podido conocer testimonios de personas cercanas al escritor, me gustaría incluir unas palabras un poco más personales dedicadas por Rosa Regás a Manolo:

A lo largo de tres décadas y desde todas las ventanas y balcones de la información, a través de las tramas y urdimbres que teje incansable tu Carvalho desde que se topó con un cadáver de cabellos rubios como la cerveza, en los personajes que gracias a ti denunciaron décadas de ignominia y agresión, con tus infinitas y jamás negadas ayudas a los que comienzan, trabajan, luchan y se esfuerzan, o desde las voces submarinas de tus poemas —siempre con la deslumbrante capacidad de concisión y trabajo que los dioses te concedieron— nos han enseñado cómo lidiar con las ideas y las creencias, sobre todo en los momentos en que ya no están de moda y quienes las combaten vociferan sin tregua su derrumbamiento recurriendo al tópico fascista de confundirlas con sus títulos y con los líderes que se adueñaron de ellas. De ti hemos aprendido a seguir luchando por lo que creímos justo cuando éramos altos, jóvenes y rubios, cuando acabábamos de descubrir nuestro coraje y nuestra inteligencia, y cuando las páginas de nuestra historia estaban aún por escribir.

Hemos asistido a la desaparición de tiranos y de sus secuaces que decían tenerlo todo atado y bien atado; hemos visto cómo se sustituían a codazos los líderes políticos, estéticos o literarios, y cómo el que podía se entronizaba en el altar de una tradición exacerbada por el ansia de poder; nos sorprendió la deserción de generaciones enteras de luchadores, amordazada ahora el habla por un simple cargo burocrático; comprobamos una y otra vez cómo se confunde la moral con el oscurantismo, la fe con la esclavitud, la patria con el feudo y el consumo con el progreso. Nunca nos faltó, ni ha de faltarnos ahora, tu reflexión lúcida, brillante e inteligente. Tenemos de ti descripciones antológicas de personajes y situaciones, y siempre más utilizaremos ciertos calificativos que te sacaste de la manga para definir con acerada exactitud a los grandes de la tierra. Por todo ello has logrado el respeto y la envidia de tus detractores, la admiración de los que te leen, el asentimiento incondicional de los que seguimos paso a paso tus análisis y diagnósticos, y el amor de todos aquellos a quienes has ayudado y has concedido el beneficio de tus arroces negros y de tu amistad. (Regàs, 1994).

Por último, me gustaría animaros a todos a que le hagáis un pequeño hueco en vuestras lecturas del verano a este escritor, en particular a alguna de sus novelas de la Serie Carvalho. Si lo hacéis, os aconsejo que investiguéis un poco sobre el contexto antes de iniciar la lectura, os aseguro que se disfruta mucho más cuando se dispone de los conocimientos adecuados para entender el texto.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios y por dedicar una parte de vuestro tiempo a leer las entradas.

Bibliografía

Regàs, Rosa (13 de septiembre de 1994). ‘Vázquez Montalbán’. [columna publicada en El País y dedicada a Vázquez Montalbán]. Recuperado de http://www.vespito.net/mvm/regas.html

Raimon (3 de febrero de 1997). ‘Carvalho, 25 años’. [retrato publicado en Tiempo]. Recuperado de http://www.vespito.net/mvm/articulossobre.html#aut

Una escritora tras la sombra de su marido


A pesar de ser una gran dramaturga, novelista, ensayista, traductora y feminista, María Lejárraga estuvo en la sombra del nombre de su marido durante la mayor parte de su vida. Es Gregorio Martínez Sierra quien se ha llevado el reconocimiento por la obra escrita por su mujer. Una de las preguntas que rodean la figura de esta autora es ¿por qué nunca quiso firmar con su verdadero nombre? 
La primera y única vez que firma una obra con su nombre fue con su primera publicación en 1899 titulada Cuentos breves. Lecturas recreativas para niños. La obra consistía en una recopilación de cuentos infantiles que dejaban entrever su vocación pedagógica. Cuando comunicó en su hogar la publicación de esta obra no fue bien recibida la noticia, de hecho, solo obtuvo la indiferencia de su familia. Por el contrario, la primera obra de su entonces novio Gregorio fue recibida en su casa con una enorme fiesta. A raíz de este gesto la autora confesó posteriormente que se prometió a sí misma no volver a publicar obras con su nombre.  
Otra teoría que justifica la ausencia de su figura en sus escritos es que debía congeniar ser escritora con ser profesora, su profesión de ese momento. Cabe señalar que no estaba socialmente bien visto que una mujer combinase el trabajo de maestra con el de escritora. Algunos de sus estudiosos afirman que fue este el motivo por el que decidió esconder su personalidad tras la figura de su entonces marido. Sin embargo, su amor y gusto hacia la escritura no pudo ser contenido y por ello prefirió mantener una doble vida tras la firma de Gregorio. Además, en la época no obtenía el mismo reconocimiento la creatividad de una mujer escritora que de cualquier figura masculina. 
A pesar de todos los posibles motivos que rodean este misterio, solo sabemos que en sus casi 100 años de vida jamás reveló la verdad a cerca de su obra hasta la publicación de sus memorias Gregorio y yo. Medio siglo de colaboraciones. En su obra confiesa que la única razón por la que decide cambiar de opinión y exponer su nombre al público es como consecuencia de su pésima situación económica durante el exilio en Argentina. Aunque, tras toda la vida publicando bajo la firma de su marido, decidió no abandonar sus apellidos y solo insertar su nombre. También revela ser la autora de gran parte de la firma Martínez Sierra, pero sin delimitar qué obras o fragmentos escribió cada uno, hecho que imposibilita la diferenciación entre la obra de ambos. Sin embargo, se sabe que María se encargaba de la parte concerniente a los escritos literarios mientras que a su marido se le atribuye la dirección teatral y puesta en escena. 
Por su parte, Gregorio reconoció en su testamento la participación en todo momento de su mujer en sus obras:  

TESTIMONIO DE GREGORIO: “Declaro para todos los efectos legales que todas mis obras están escritas en colaboración con mi mujer, doña maría de la O Lejárraga y García. Y para que conste, firmo ésta en Madrid, a 14 de abril de 1930”. 

Algo que se ha criticado de esta escritora es su gran contradicción de sus pensamientos feministas de la liberación de la mujer frente a los hechos acontecidos en su vida, ya que ella misma reivindicaba una idea de independencia femenina mientras se refugiaba bajo el nombre de una figura masculina. Según Antonina Rodrigo, biógrafa de Lejárraga, “la verdadera motivación de su total entrega y renunciamiento a favor de Gregorio era el amor”. 

El amor brujo de María Lejárraga | La Rioja


BIBLIOGRAFÍA:


JORDI LUENGO LÓPEZ. (2016). MARÍA DE LA O LEJÁRRAGA EN BLANCO Y NEGROCOLUMNAS, CARTAS Y CALENDARIOS ANTE EL ADVENIMIENTO DE LA MUJER MODERNA. UNED. REI , 4 , pp. 121-152.

SONIA NÚÑEZ PUENTE. (2008). Dos cartas inéditas de María Lejárraga dirigidas a Gregorio Martínez Sierra. Signa, 17, 283-291.






Sobre la producción literaria de María Martínez Sierra

Producción literaria e influencias de María de la O Lejárraga 

María destacó en diversos géneros literarios: teatro, novela, cuento, ensayo, artículo, libreto... Su presencia en la prensa periódica fue destacable tanto en artículos de opinión como en pequeñas piezas dialogadas, crítica literaria y feminismo. 

  1. 1. Obras escritas junto a su marido y bajo el nombre de este 
En cuanto a lo concerniente a la producción teatral, cabe destacar que el matrimonio Martínez Sierra fueron grandes autores, adaptadores y también traductores de teatro cuyo corpus ronda el centenar de títulos. Sus primeras obras de teatro fueron La sombra del padre (1909) y El ama de la casa (1910), aunque el éxito de la pareja llegó con Canción de cuna (1911). El período de auge de su producción teatral comienza después de Canción de cuna con títulos como Lirio entre espinas (1911), Primavera en otoño (1911), Madame Pepita (1912), Mamá (1912), Las golondrinas (1914), Amanecer (1915), El Amor brujo (1915), Navidad (1916), El Reino de Dios (1916), El corregidor y la molinera (1917), Rosina es frágil (1918), Sueño de una noche de agosto (1918), El corazón ciego (1919), Don Juan de España (1921), El pavo real (1922), Mujer (1925), Juventud, divino tesoro (1926), Seamos felices (1929) y Triángulo (1930). A pesar de que el matrimonio se separó en 1922, ambos continuaron escribiendo sus obras bajo el nombre de Gregorio Martínez Sierra. María se encargaba de crear los textos literarios y Gregorio se encargaba de la dirección escenográfica. 
Por otro lado, en la producción narrativa destacan títulos como Tú eres la paz, escrita en 1906. La trama de esta novela romántica gira en torno a dos primos, Ana María y Agustín que son acogidos por su abuela una vez quedan huérfanos. Él parte al extranjero una vez ambos se declaran su amor y ella deja de recibir noticias hasta que la abuela de ambos enferma y Agustín debe regresar. El reconocimiento literario para el matrimonio llega con esta novela romántica. Otra novela romántica es El amor catedrático en la que narran el triángulo amoroso entre dos hombres enamorados de una misma mujer desde el punto de vista de la joven Teresa, su profesor y el ahijado de este. 
Paralelamente a la creación de su producción teatral y narrativa, María desarrolla sus primeros ensayos basados en su profunda actividad política y feminista. Comienza a publicar artículos en la prensa que posteriormente se recogerán en otros libros como Cartas a las mujeres de España y Feminismo, feminidad, españolismo. En este tratado promueve la libertad e independencia femenina. Otra obra destacada por ser una de las primeras en nuestro país cuya temática se centra en el feminismo es La mujer moderna publicada en 1920 que, a pesar de estar firmada únicamente por su marido, la crítica ha demostrado que fue escrita por ella. Cada vez se involucra y participa más en el movimiento feminista español siendo una de las primeras figuras representativas del mismo. Hasta el año 1931 escribe artículos y ofrece conferencias, congresos y charlas sobre esta temática. Otros títulos feministas de esta autora son La mujer española ante la República (1932) y Nuevas cartas a las mujeres de España (1932). En esta última, María defiende el divorcio como solución a la infidelidad. 

  1. 2. Obras firmadas con su nombre 
No es hasta la década de los años 50, durante su época de exilio en la ciudad de Buenos Aires, cuando comienza a escribir con su propio nombre dejando atrás el de su marido. De esta manera es como nacen sus obras autobiográficas. La primera de ellas Una mujer por caminos de España (1952) trata sobre la propaganda del socialismo que realizó María entre 1931 y 1933, entre otras actuaciones públicas como política y feminista como por ejemplo el lamento de la pérdida de su «adorada República». 
La segunda obra que firma con su nombre es Gregorio y yo, medio siglo de colaboración. En esta obra publicada en 1953 recoge todas sus memorias, intentando ofrecer todo tipo de justificaciones a sus comportamientos y a sus acciones. Es en esta ocasión donde confiesa por primera y única vez que ha sido la verdadera escritora en la sombra de las obras cuyo mérito se llevaba su marido.  

  1. 3. Derechos de autor 
Tras la muerte de Gregorio Martínez Sierra en 1947, su hija junto a la actriz Catalina Bárcena quiso quedarse con los derechos de autor de las obras firmadas por su padre. En este momento la autora no pasaba un buen momento económico por lo que se decidió por fin a comenzar a publicar obras con su nombre, siempre bajo los apellidos de su marido. Fue este uno de los motivos por los que se decidió a salir del anonimato en el que había estado refugiada voluntariamente durante tantos años escribiendo sus memorias Gregorio y yo. 

  1. 4. Influencia de María Martínez Sierra en Disney 
En el año 1954 María publicó durante su exilio en Argentina Viajes de una gota de agua, un libro que consiste en una colección de cuentos infantiles. Uno de estos cuentos acabó varios años antes de la publicación del libro, concretamente en 1951, en los estudios de Walt Disney. El título de este cuento era Merlín y Viviana y relataba el romance entre un perro que se enamora de una gata. Varios meses después los estudios de Disney devolvieron el cuento a us autora puesto que no les interesaba para realizar ninguna película.  
En 1955 Disney estrenó La dama y el vagabundo película en la que se pueden encontrar algunas similitudes con este relato breve de María. Esta historia se conoce a través de las cartas de la autora dirigidas a su traductora que salieron a la luz tras la muerte de la escritora.  

  1. 5. El éxito que llegó hasta el cine  
El éxito teatral del matrimonio entre María y Gregorio llegó hasta las pantallas cinematográficas de Hollywood. Algunas de sus obras se transformaron en películas durante los años treinta, es el caso de: Yo, tú y ella, dirigida por Max Reinhardt y basada en Mujer, la famosa obra teatral Canción de cuna dirigida por Mitchell Leisen,Primavera en otoño del director Eugene Ford, Una viuda romántica, dirigida por Louis King, basada en Sueño de una noche de agosto,Julieta compra un hijo, escrita con Honorio Maura Gamazo, dirigida en 1935 de nuevo por Louis King. 



BIBLIOGRAFÍA 

Rocío González Naranjo. (Febrero 2018). María Lejárraga por caminos de España. Los ojos de Hipatia,  10 

María Victoria Sotomayor Sáez. (2018). María de la O Lejárraga (1874-1974). 18/05/2020, de Escritoras españolas en la prensa, 1868 - 1936 Antología didáctica Sitio web: 




ANTONINA RODRIGO (2005). María Lejárraga una mujer en la sombra. Barcelona: Algaba Ediciones. 

Conclusiones sobre Miguel Hernández

Y con el teatro de Miguel Hernández doy por concluido este viaje a través de su vida y gran parte de su obra. Personalmente, no sabía much...