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Los mares del Sur gira en
torno al asesinato de Carlos Stuart Pedrell, un importante hombre de negocios
cuyo cuerpo, violentamente apuñalado, es encontrado en un descampado de
Barcelona. La viuda de Pedrell acude a Carvalho para que investigue lo que su
marido había estado haciendo un año antes de su asesinato, año en el que
supuestamente se encontraba en un viaje de negocios en Tahití. El detective
Carvalho inicia un recorrido por Barcelona en búsqueda de aquellas personas
relacionadas con la víctima. La visita a su despacho, el descubrimiento de unos
poemas sobre el Sur, y la cena con el pintor Artimbau desvelarán la obsesión
del empresario por imitar los pasos de Paul Gauguin y viajar a los mares del
Sur. A lo largo de la obra, Carvalho oscilará entre los dos paisajes de la
Barcelona de la Transición: la burguesía que emprende negocios y vive en
suntuosas mansiones, como el señor Planas o el marqués de Munt; y el
proletariado que habita en la zona periférica del sur de Barcelona y que
refleja el desencanto y el mutismo, como la familia Briongos o Bromuro.
Precisamente en el sur Carvalho descubrirá que Stuart Pedrell había vivido en
el barrio San Magín, barrio construido por él y por sus socios, durante su
último año de vida y bajo la identidad de Antonio Porqueres. En ese tiempo
había mantenido una relación sentimental con Ana Briongos, una trabajadora
comunista a la que había dejado embarazada. Finalmente, Carvalho descubre que
el asesino había sido Pedro Larios, el hermano adoptivo de Ana, amante de
Pedrell y cómplice de asesinato junto a su padre.
Estamos ante una
novela planteada al estilo propio de la novela negra, pero con una serie de particularidades
que nos hacen ver la manera en que V. M. moldea el género a su gusto:
- V.M. estructura la obra siguiendo los preceptos de la novela negra: se inicia con el descubrimiento del cadáver y el planteamiento del enigma. No obstante, V.M. introduce una variación al presentar a personajes que serán irrelevantes en la trama como los descubridores del cuerpo, consiguiendo así confundir al lector.
- En la novela negra, el proceso de lectura se ciñe a la investigación que lleva a cabo el detective para reconstruir los hechos y llegar a la resolución de la incógnita, procedimiento que constituye, a su vez, el propio proceso de construcción de la narrativa por parte del lector. V.M. amplía los niveles de lectura mediante la inclusión de referencias culturales, como los actos sobre novela negra a los que asiste Carvalho y que critica ensañadamente, o la mención que se hace de La Regenta de Clarín, entre otras. Ambas referencias son de carácter metaliterario.
- Nuestro protagonista, Pepe Carvalho, recoge las características propias del detective: es un detective solitario, culto, cínico, y excomunista, que sufre el desencanto con la realidad de la época del posfranquismo y desprecia a los intelectuales. Resulta contradictorio su desprecio a la intelectualidad, pues, aunque utiliza sus libros como combustible para avivar el fuego de la chimenea, siente una gran pasión por la lectura y es un hombre de cultura. Esta contradicción puede obedecer al desprecio que nació hacia aquellos intelectuales que, durante el franquismo, se posicionaron en contra del régimen, pero cuando este cayó, se dejaron llevar por el poder y alcanzaron altas posiciones. Junto al detective encontramos a dos personajes constantes: Charo, una prostituta con la que mantiene una relación a veces similar a la de una pareja, y Biscuter, que desempeña el papel del ‘compañero del detective’ y que vive con él.
- Los espacios dedicados al discurso gastronómico logran varios cometidos, algunos de ellos fueron mencionados en la entrada anterior, pero aquí me voy a centrar en el caso concreto de Los mares del Sur. La primera función está directamente relacionada con los personajes, pues, como si del propio diálogo se tratase, el conocimiento del paladar de los personajes nos permite ahondar en su personalidad y conocer a qué capa social pertenecen. Por ejemplo, el marqués de Munt dice que le gusta merendar paté de morteruelo junto a una copa de Chablis, hecho que lo retrata como un pijo. El segundo tiene que ver con la propia opinión del escritor, y es que aprovecha este lenguaje para realizar una crítica sobre los cánones de belleza modernos y todas las tendencias, dietas y estilos de vida surgidos para sustentarlos. Así, se crea un contraste entre nuestro detective Carvalho, que no se priva de ningún capricho, y otros personajes que están obsesionados con la salud y su aspecto, como es el caso de Planas, que tiene un cuerpo escultural, o de Jessica, que sigue una dieta macrobiótica.
- En la obra se hacen continuas referencias a la realidad de la época. Tenemos que recordar que las novelas de la Serie Carvalho reflejan la realidad política, social, económica y cultural del momento en que se escriben. En una conversación entre Carvalho y uno de los policías que había trabajado en el caso de Stuart Pedrell, el policía deja ver su profunda disconformidad con la democracia y, en concreto, su odio hacia los rojos: ‘¿Sabe que el juez de peligrosidad es un rojo? […] Este oficio es cada día más asqueroso.’ (Vázquez Montalbán, 1979: 189). Destaca el comentario que hace poco después ‘En confianza le digo que voy a dejar el oficio. Pero antes de irme la armo. Me llevo a cuatro rojos por delante y luego que me busquen.’ (Vázquez Montalbán, 1979: 190), pues es una referencia directa al atentado terrorista que tuvo lugar en Atocha en 1977, atentado en el que murieron cinco abogados laboristas a manos de pistoleros de la extrema derecha.
- Otro aspecto particular de V.M. es su forma de abordar el elemento erótico y el lenguaje referente a este. V.M. describe las escenas sexuales de forma directa y clara, pero las combina con el humor, de manera que vemos una faceta del detective Carvalho menos seria y más relajada. Por ejemplo, Carvalho le dice a Jessica ‘tienes buenos flotadores’ (Vázquez Montalbán, 1979: 74).
A modo de clausura, podemos decir que la novela negra es un género que,
a pesar de tener una serie de características definidas, es muy versátil y permite
la inclusión de numerosos elementos que aportan más niveles de lectura y, en
consecuencia, mayor riqueza a la novela.
Vázquez Montalbán parte de un molde y lo maneja a su antojo y
conveniencia, originando así un universo en el que se proyectan todas y cada una de
sus facetas.
Espero que esta pequeña muestra de la narrativa negra de V.M. haya
sido de vuestro interés y os haya generado un poco de curiosidad por su obra.
Bibliografía
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