sábado, 18 de abril de 2020

La faceta teatral de Álvaro Cunqueiro



4. Producción teatral I

Cunqueiro intentó recuperar la tradición del teatro gallego creando nuevos héroes y transformando otros para adaptarlos a su entorno cultural. Como hemos podido comprobar en los anteriores géneros, Cunqueiro es un auténtico fabulador; si nos remontamos al étimo latino de este verbo, FABULARE ‘hablar’, encontramos la verdadera esencia de la creación de Álvaro Cunqueiro, la oralidad. Esta oralidad ya aparece junto con elementos de carácter teatral en su obra narrativa; sin embargo, alcanzará su máximo esplendor en su producción teatral.

En la edición Obra en Galego Completa. Poesía. Teatro (1980), se recogen las tres grandes obras teatrales de Cunqueiro: O incerto señor don Hamlet, príncipe de Dinamarca (1958), A noite vai coma un río (1965) y Palabras de víspera (1974). A pesar de no aparecer en dicha edición, debemos destacar otra pieza importante, sobre todo desde el punto de vista histórico; se trata de la obra Xan, o bó conspirador (1933). Esta obra se publicó en los números 60 y 85 de la revista Grial, correspondientes a los años 1978 y 1984. Lourenzo y Pillado describen esta pieza como "un fragmento de corte surrealista, muy en la línea del teatro breve de García Lorca, hecho de ludismo sensual y voz profunda en la parábola" (Lourenzo y Pillado, 1979: 119).

O incerto señor Don Hamlet, príncipe de Dinamarca (1958) fue estrenada por el Teatro de Cámara de la Asociación Cultural Iberoamericana, en el Teatro Colón de A Coruña, bajo la dirección de Antón Naveyra. En 1979, Manuel Lourenzo hizo una versión de dicha obra con la Escola Dramática Galega. En O incerto señor Don Hamlet, príncipe de Dinamarca Cunqueiro pone de manifiesto la relación edípica entre la reina Gertrudis y Hamlet, tomando como base los contenidos del mito y el estudio del psicoanalista Ernst Jones, discípulo de Sigmund Freud. La incertidumbre, esa oposición entre “ser o no ser”, al igual que en la obra de Shakespeare, constituye el eje sobre el que gira la obra. Sin embargo, para que la muerte del rey de Dinamarca y la boda de Claudio con Gertrudis cobren más sentido, en la trama de Cunqueiro, el usurpador es el verdadero padre de Hamlet, como lo afirma el propio autor en una entrevista publicada por el periódico La Vanguardia el 23 de noviembre de 1973.

Mi Hamlet está construido sobre el hecho de que el rey de Dinamarca, el asesino, es el padre verdadero de Hamlet. Entonces la escena de la seducción, tiene un sentido y el público lo capta perfectamente. Cuando se presentó esta obra en la plaza de mi pueblo, en Mondoñedo, durante la escena final, es decir, cuando Hamlet se ahorca, la gente empezó a llorar, a gritar e incluso a rezar. Fue una impresión brutal. Increíble.[1] (Monegal, 1973: 57).






Bibliografía:

Cunqueiro, Álvaro, (2011): Un hombre que se parecía a Orestes, Barcelona: Austral
Criado Martínez, Ninfa, (2004): Álvaro Cunqueiro: el juego de la ficción dramática, Madrid: Editorial CSIC, pp. 87-88. (Disponible en: https://books.google.es/books?id=CJ5BFwGCPIcC&pg=PA87&lpg=PA87&)
Molina, César Antonio (1981): “Álvaro Cunqueiro: La fabulación sin fin”, Ínsula, Madrid: Ínsula, Librería, Ediciones y Publicaciones, S.A.,  nº413, p. 10. 
Monegal, Fernando (1973): “Álvaro Cunqueiro, omnívoro y gallego por la gracia de Dios”, La Vanguardia Española, Barcelona: La vanguardia Editorial, p. 57.
Pillado Mayor, ManuelLourenzo, (1979): O Teatro Galego, La Coruña: Edicios Do Castro p. 119
Rodríguez López-Vázquez, Alfredo, (sin año): Álvaro Cunqueiro, o la teatralización de lo literario”, Álvaro Cunqueiro  (1911-1981) Instituto Cervantes: Centro Virtual Cervantes. (Disponible en: https://cvc.cervantes.es/actcult/cunqueiro/) [Consultado: 12/04/2020] 

Salvat, Ricard, (1991): “Sobre las propuestas teatrales de Álvaro Cunqueiro”, Ínsula, Madrid: Ínsula, Librería, Ediciones y Publicaciones, S.A.,  nº536, pp. 21-23.  


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